La parte norte de la provincia de Palencia está salpicada por diversas comarcas y valles, conocidos bajo el nombre de la Montaña Palentina, un lugar con multitud de atractivos y recursos. León, Cantabria y Burgos limitan esta privilegiada zona por el oeste, el norte y el este, de manera respectiva.
El sector alberga los picos más altos de la comarca como el Curavacas, el Espigüete y las Lomas. Además, aquí nacen los ríos Carrión y Pisuerga. Pero el dato llamativo se encuentra en los 158 núcleos de población agrupados en veintidós municipios, entre ellos Aguilar de Campoo, Barruelo de Santullán, BRañosera, Guardo, Cervera de Pisuerga, San Cebrián de Mudá y Velilla del Río Carrión.
Junto a los fenómenos naturales, como el Valle de San Quirce, el de Redondos y el de Covalagua, se observan monumentos creados por el hombre, pertenecientes al estilo Románico. La mejor manera de conocerlo está en La Ruta por el Románico Palentino, desde Aguilar de Campoo hasta la capital, aunque su segunda etapa se enmarque en Tierra de Campos. La gastronomía se une a la posibilidad de realizar diferentes deportes acuáticos, rutas de senderismo a caballo o en ciclo rail, son otros atractivos para el viajero que visita la provincia.
Las Tuerces y el Cañón de la Horadada son el principal atractivo turístico para los amantes del senderismo debido a las llamativas formas que presentan. Para verlas solo hace falta escoger la ruta roja y tras caminar 12 kilómetros ambas esperarán a los viandantes para deslumbrar con su belleza. A ellos se unen las edificaciones románicas ya mencionadas. Estas construcciones presentaron una candidatura para conformarse como Patrimonio de la Humanidad, pero no lo consiguieron, por lo que se encuentran en la Lista de Tentativas de la UNESCO. Asimismo, la actividad minera ha permitido la aparición de vestigios sobre el trazado ferroviario construido en los tiempos de esplendor de tal actividad.
No solo la arquitectura es característica de la región sino también sus bosques, donde habitan numerosas especies de vegetación como el roble, el haya, el pino o el acebo. La comarca posee zonas de pastos, líquenes y musgos que garantizan la calidad de la caza, sobre todo tras la creación del Coto Nacional de Caza de Fuentes Carrionas en 1966. Unido a la limpieza de los ríos, la pesca en el entorno posibilita conseguir excelentes ejemplares de trucha, un exquisito manjar para los aficionados a este deporte.
Los mamíferos también son protagonistas de la Montaña Palentina. Ciervos, corzos, jabalíes, lobos y osos pardos concentran la atención de los turistas. En junio de 2010 San Cebrián de Mudá introdujo siete ejemplares de bisonte europeo procedentes de Polonia.
En 1974 se formó la III Asamblea Provincial de Turismo de Palencia que introdujo nuevas propuestas de actuación en materia turística. De esta manera se destaca el potencial turístico de los espacios naturales de Las Tuerces y la Cueva de los Franceses, así como el patrimonio histórico-artístico, relegado a un segundo plano en favor del aprovechamiento de los recursos naturales.
Un año más tarde se inauguró el Parador Nacional de Turismo en Cervera de Pisuerga, un hito de la Montaña Palentina. A raíz de 1975 la comarca pasó a formar parte de la red estatal de paradores de turismo y, como consecuencia, un punto de referencia en el panorama español.
Las características paisajísticas y etnográficas la hacen muy atractiva como ejemplo de turismo en el espacio rural. En los últimos años se ha dotado de unos recursos y una infraestructura turística consolidados y apuesta por continuar con el turismo como uno de los elementos estratégicos para revitalizar este territorio, sin olvidar la integración en el resto de las actividades económicas de la comarca.
Y como no podía ser de otro modo, la gastronomía es otro atractivo de la Montaña Palentina. Legumbres de caldo espeso y sopas de ajo conforman un primer plato, que junto con la carne de Cervera guisada o asada, las setas y los caracoles son degustados por los lugareños y visitantes con pasión
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