La provincia de Valladolid cuenta con numerosas rutas de naturaleza en las que encontrar la tranquilidad que uno, a menudo, no tiene en la capital.
Concretamente, La santa Espina tiene dos rutas de naturaleza que tienen como punto de partida y de llegada el Monasterio. En ambas se puede disfrutar de la biodiversidad del paisaje, del contraste de la arquitectura popular de época monacal y de la época de colonización.
La Senda del Pantano, conocida así popularmente, parte del Monasterio en dirección a la localidad de Castromonte. Son nueve kilómetros de camino en los que se puede disfrutar del conjunto formado por el páramo, el monte y el valle que describe el río Bajoz, cuyas fuentes se nutren de los más importantes acuíferos subterráneos acumulados en los niveles freáticos formados por arcillas y margas de los Montes Torozos.
El pantano, con una superficie de 5,8 hectáreas, está integrado perfectamente en el paisaje gracias al entorno boscoso principalmente encinas y árboles de ribera que ha colonizado su presa de tierras y sus orillas. Pero quizás lo más relevante de esta senda es el embalse de la Santa Espina, también llamado del Río Bajoz, un lugar al abrigo del monte, rico en especies animales y vegetales.
Tanto el embalse como otras construcciones complementarias fueron construidos por el Servicio de Concentración Parcelaria en los años 50, para regar las tierras de cultivo del valle. Con el tiempo y tras varias sequías, ha perdido su finalidad inicial y actualmente, sirve de coto de pesca y de lugar al que escapar de vez en cuando.
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