En el extremo norte de la provincia de Palencia, a mitad de camino entre Cervera de Pisuerga y el mirador de Piedrasluengas, se encuentra la Colegiata de San Salvador de Cantamuda. Un templo, declarado Bien de Interés Cultural en 1993, que te recibe con su majestuosa espadaña de dos troneras con dos arcos para cuatro campanas.
Si bien destaca todo su conjunto, lo cierto es que su espadaña es uno de los ejemplos más bellos y singulares de estos elementos arquitectónicos (muy característicos del románico palentino) que permitían a los templos disponer de un campanario- signo de riqueza y poder durante la Edad Media- y cuya construcción resultaba más asequible que una torre.
Junto a esta espadaña, en el costado norte, se encuentra lo que se denomina “husillo”, una torre circular añadida al lateral que posee una escalera de caracol para acceder a las campanas. En este sentido, el husillo y el pórtico ubicado en el muro meridional son los únicos añadidos al primitivo templo románico.
Tanto por conservarse prácticamente íntegra respecto a su concepción original como por su privilegiado emplazamiento, la colegiata de San Salvador constituye una de las construcciones románicas más fotogénicas de la Montaña Palentina. Presenta planta de cruz latina constituida por una nave central, un transepto marcado y cabecera formada por triples ábsides de tambor, siendo el central de mayor tamaño, precedidos de tramo recto correspondiente al presbiterio. En el interior, la zona central del transepto se cubrió con bóveda de crucería, cuyos nervios están ornamentados con decoración floral.
Además de la rica decoración escultórica que podemos admirar en el exterior se une, ya en su interior, la mesa del altar compuesta por un ara que descansa sobre columnas con capiteles de similar hechura a los de la cabecera, destacando los Green Man en dos de los centrales, con fustes ricamente ornamentados con composiciones geométricas, flores o tallos entrelazados.
Completa el conjunto una lauda funeraria altomedieval aparecida en las obras de cimentación que se realizaron en 1970 situada en el baptisterio.
Información de interés sobre visitas: Contactar a través del número de teléfono 979 879 028. Precio de la entrada: 1 euro.
Historia y leyenda de su construcción
Su fundación se atribuye a la Condesa castellana Doña María Elvira, sobrina del monarca Fernando I, quién mandaría construir el templo, probablemente sobre alguna edificación anterior, eligiéndolo como lugar de enterramiento. Se estima que en torno al año 1181 se levantaría con rango monacal la edificación que hoy admiramos, figurando como San Salvador de Campo de Muga de Pernía ("muga" significa límite o frontera) y fue derivando en "Muda" hasta su actual denominación de San Salvador de Cantamuda. En la Edad Media, el monasterio fue elevado a la categoría de Colegiata debido a su importancia como lugar de paso entre la Meseta y los Valles Cántabros.
Sobre el topónimo “Cantamuda” existe una leyenda popular que cuenta que el Conde Rodrigo, preso de la desconfianza por una supuesta infidelidad de su esposa Doña Elvira, la ató a una mula ciega montada por una sirvienta muda con el fin de que se despeñasen por las laderas de su castillo de la Peña Tremaya. Tras encomendarse a la Virgen, tanto la condesa como la sirvienta llegaron con vida a la población, donde la muda habló ante el juez. Arrepentido, el Conde mandó erigir la Abadía de Lebanza y la Condesa la iglesia de San Salvador.
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