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Foto del escritorRebeca Díez

Reparto del mundo en Tordesillas

El 7 de junio de 1494 los Reyes Católicos firmaban con Juan II de Portugal el Tratado de Tordesillas para repartirse los derechos sobre el Nuevo Mundo.



En medio de la nada, se repartieron todo. Con un papel sobre la mesa, en un edificio de una villa vallisoletana, españoles y portugueses se repartieron el mundo. La mitad para cada uno. El descubrimiento de Cristóbal Colón había dejado obsoleta la antigua Paz de Alcaçovas. Hasta ese momento, Castilla solo podía navegar hasta el paralelo de las Canarias. Nada del territorio que quedaba al sur de las islas, que les quedaba restringido. Por ese mismo tratado, el rey portugués habló con Colón sobre sus pretensiones sobre aquellas tierras del Nuevo Mundo. No gustó a los Reyes Católicos, que encendieron todas las alarmas y buscaron una solución.


La solución pasaba por la única persona capaz, en aquella época, de dirimir conflictos entre países: el Pontífice. Por ese motivo, un año antes, el 3 de mayo de 1493 el Papa promulga la bula Inter Caetera.  Concedía a Castilla la administración de las tierras descubiertas, así como su evangelización.


Nada más lejos de la realidad, la bula emitida era un tanto imprecisa y el conflicto no se arreglaba. Una nueva vula, con el mismo nombre, otorgaba a Castilla derechos exclusivos de navegación. La tercera, Eximie Devotionis, se centraba en los privilegios espirituales. Una cuarta bula, Dudum Siquidem, confirmó los límites de exploración, pues suponía que Castilla podía llegar por occidente a las Indias asiáticas.


Casas del Tratado de Tordesillas y sede del Museo del Tratado

Comienza la carrera por dominar las Indias


Tanto Castilla como Portugal podrían conquistar las tierras que encontraran a su paso. La única condición era que cada uno usara su ruta y que dichos nuevos territorios, no tuvieran dueño.  Portugal quiso ir más allá y en vistas de que no se conformaba con lo tratado, quiso pactar con Castilla. De esa manera se llegó al 7 de junio de 1494. En Tordesillas, se firmaría un nuevo tratado en el que Juan II sería el gran vencedor.


Lo pactado al final establecía una línea imaginaria situada a 370 leguas al oeste de Cabo Verde que dividía el Nuevo Mundo de norte a sur. Todos contentos, sabiendo que al oeste de la frontera todo era español y que al este, sería portugués. Los problemas llegarían en un futuro, cuando España se dio cuenta de que estaba regalando territorio de Brasil.


Los efectos del Tratado de Tordesillas pervivieron durante siglos. Incluso hoy, marcan muchas fronteras. En medio de la nada, se repartieron todo. Pocos acuerdos lograron tanto, con tan poco.

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