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Los diez puentes medievales de Castilla y León que debes conocer

Castilla y León alberga una impresionante cantidad de puentes medievales que han resistido el paso del tiempo, conectando no solo caminos, sino también historias y tradiciones. Estos antiguos puentes de piedra se erigen como testigos de siglos de historia, transportando a quienes los cruzan a épocas de caballeros, comerciantes y peregrinos.


Puente medieval de Toro. / José Daniel Navarro.

En este artículo exploramos diez de estos puentes medievales, repartidos por distintos rincones de Castilla y León, cada uno con su propia singularidad y encanto, contribuyendo al legado cultural y arquitectónico de la región.

Frías (Burgos)


El puente de Frías es uno de los mejores ejemplos de puentes fortificados de España. Tuvo su origen en época romana, cuando ya era un enclave comercial y estratégico, aunque fue reconstruido varias durante la Edad Media, desde su creación en el siglo XIII. Salvando las aguas del Ebro, su estructura de aspecto románico tiene una longitud de 143 metros, una anchura de 3,5 metros, y consta de 9 arcos con detalles de un incipiente gótico, los centrales apuntados y el resto algo rebajados.


Puente medieval de Frías. / EnPueblo

Su construcción asimétrica e irregular procede de la necesidad de seguir los puntos de apoyo en la roca que asomaba por el río.


Fuentidueña (Segovia)


El puente del municipio segoviano, de origen medieval, se encuentra ubicado en la Carretera Provincial SG-V-2425, de San Miguel de Bernuy a Sacramenia, en paso por el casco urbano de Fuentidueña.


Puente de Fuentidueña / https://www.segoviaunbuenplan.com/
Puente de Fuentidueña / José Daniel Navarro.

Con 84 metros de longitud, aguarda el río Duratón y tiene un perfil longitudinal a dos vertientes con las características rasante de "lomo de asno", que impide la visibilidad de un lado al otro del puente. Por ello, se decidió instalar un sistema de semáforos que regularan el tráfico que recorre diariamente la antigua construcción.


Alba de Tormes (Salamanca)


Se puede considerar que este puente medieval se construyó sobre un puente anterior de época romana, mediante el cual circulaba un mala de la Calzada de la Plata, que unía Piedrahita con la capital salmantina.

Puente de Alba de Tormes. / EnPueblo

La aparición de esta plataforma sobre el río Tormes se debe a la posición estratégica de Alba en la Baja Edad Media, ya que en un primer momento resultó imprescindible para consolidar el proceso repoblador de las tierras al sur del Duero. Más adelante se convirtió en una encrucijada de caminos y de vías pecuarias por donde circulaban arrieros, trajinantes y pastores trashumantes.


El puente se ha convertido en protagonista del paso de peregrinos que recorren la Vía de la Plata y que veneran a la Virgen en la Ermita de la virgen de la Guía. En la actualidad, este majestuoso puente medieval, con sus 23 arcos, continúa siendo testigo de la historia de la Villa Ducal.


Toro (Zamora)


El de Toro es el más antiguo de los puentes puentes que salvan el río Duero en las inmediaciones de la localidad zamorana.​ Su estructura, semejante a la del puente de Piedra de Zamora, consta de veinticuatro "ojos" de medio punto o apuntados. Los diecinueve del lado norte, románicos, se iniciaron a finales del siglo XII. Precisamente por ese lado se accedía a la ciudad, mientras que en el extremo opuesto se levantaba una torre defensiva que fue destruida el siglo XIX. Durante la retirada de las tropas de Francia, se destruyeron también dos de sus arcos.


Puente medieval de Toro. / José Daniel Navarro.

Debido a la fuerte corriente del río sufrió numerosos derrumbamientos, y como consecuencia tuvo que ser restaurado en varias ocasiones, todas ellas bien documentadas. Fue necesario reforzar con fajones los arcos mayores, debido al desgaste de la piedra arenisca con la que se construyó en vez de piedra caliza.


Torquemada (Palencia)


Es sin duda uno de lo más largos de Castilla y León, sus acicalados 25 ojos le otorgan la apariencia de los grandes puentes castellanos. Destruido durante la invasión napoleónica, ha sido reconstruido posteriormente y parece ser que varias veces a lo largo de su historia. Gran parte del puente se sabe que fue construido entre los años 1583 y 1586 por los maestros canteros Diego Gómez de Sisniega y su hijo García de Sisniega.


Puente de Torquemada. / José Daniel Navarro.

De lo que hoy se puede admirar, gran parte son obras de rehabilitación y mejora realizadas durante los siglos XVII y XVIII, incluida la ampliación de sus primitivos 22 ojos a 25. Desde sus pretiles, la panorámica del río, del molino y de la iglesia de Santa Eulalia son espectaculares.


Arévalo (Ávila)


Construido en el siglo XIV, el Puente de Medina muestra un estilo mudéjar, compuesto de tres arcos principales apuntados con forma de ojiva.


En 1983 fue declarado Bien de Interés Cultural con la categoría monumento mediante el Real Decreto y es un elemento clave de la localidad, debido a que muestra su entrada con gran elegancia.


Además, el Arco de Medina, al pie del puente, se levantó como acto conmemorativo en 1769 y en él todavía prevalece la impronta de las construcciones mudéjares. Sustenta la declaración de BIC junto al puente y la Iglesia de San Miguel.


Simancas (Valladolid)


Este majestuoso puente que salva el cauce del río Pisuerga es conocido también como Puente Romano de Simancas. No obstante data del siglo XII y es, por tanto, de origen medieval. De perfil plano, "a la romana", es una construcción de piedra sillería con 17 ojos de distinto trazado como consecuencia de las diversas épocas en que fue construido y reformado.



Originalmente existía un trazado romano que cruzaba el río a esa altura, lugar donde en la Edad Media se construyó el puente. Siglos más tarde, pero todavía en época medieval, debió existir otra profunda reconstrucción puesto que los arcos son mayoritariamente ojivales lo que denota su reforma en momentos del gótico. Desde su majestuoso puente medieval de 17 arcos se puede observar cómo el centro urbano se extiende sobre un pequeño montículo. Además merece la pena observar, desde su mirador, toda la Campiña del Pisuerga y del Duero y la Comarca de Pinares, a lo largo del sur de la provincia.


San Esteban de Gormaz (Soria)


El puente de San Esteban de Gormaz ha tenido, a lo largo de los siglos, las funciones derivadas de su propia naturaleza: vía de conexión para salvar el curso del río Duero y un gran desnivel, defensa y control del territorio (fundamentalmente durante la Reconquista) y de cobro de impuestos (pontazgo) en beneficio del señor titular de las tierras e incluso con el objetivo de conservación y mantenimiento del puente.

Puente de San Esteban de Gormaz.
Puente de la localidad. / Ayuntamiento de San Esteban de Gormaz.

Está construido en sillería caliza y posee 16 arcos (ojos) con bóvedas de medio punto y los dos estribos laterales. Tiene una longitud de 200 m en alzado de lomo de asno y un ancho de más de 8 metros.


Cabezón de Pisuerga (Valladolid)


Si por algo destaca este municipio, situado estratégicamente a solo 10 kilómetros de Valladolid, es por su extraordinario puente medieval de nueve ojos. Si entramos por la carretera que llega desde la autovía, que discurre paralela al Pisuerga, cruzaremos el citado río por este puente construido posiblemente en el siglo XVI.


Puente de Cabezón de Pisyerga. / EnPueblo.

De los nueve ojos, cuatro de ellos son ojivales sobre pilares redondos y los cinco restantes de medio punto con pilares de sección cuadrangular.


Hospital de Órbigo (León)


De origen romano, el Puente del Passo Honroso aúna una mezcla de estilos a lo largo de su desmesurada longitud sobre el río Órbigo.


Su nombre se lo debe al hecho que ocurrió en 1434, cuando el caballero Don Suero de Quiñones trató de demostrar su amor por la dama Doña Leonor de Tovar. Por ello, solicitó a Juan II de Castilla celebrar un torneo diario durante un mes, enfrentándose a cualquier caballero que quisiera atravesar el puente, rompiendo unas 300 lanzas y combatiendo alrededor de 60 caballeros. Tras lograr estas victorias, el caballero y sus acompañantes peregrinaron a Santiago, donde depositaron una argolla que llevó Don Suero de Quiñones en cada encuentro.


Puente de Hospital de Órbigo. / EnPueblo

La larga lista de acontecimientos y leyendas que atesoran sus piedras, lo han convertido en una de las obras civiles más icónicas y conocidas de España, lo cual se agranda todavía más gracias a los cientos de miles de peregrinos que admiran, fotografían y difunden su paso por este gran monumento.


Cada uno de los diez puentes que hemos explorado refleja la esencia de los pueblos que los albergan, conectando el pasado con el presente. Al recorrerlos, no solo estamos transitando sobre piedra, sino sobre las huellas de quienes forjaron la historia de esta región. Visitar estos puentes es sumergirse en un viaje por el tiempo, donde la historia, la arquitectura y la naturaleza se entrelazan, ofreciendo una experiencia inolvidable para quienes buscan descubrir la rica herencia de Castilla y León.








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