“Una pelea de infinita paciencia”. Con estas palabras resume el palentino Zoilo Perrino, director de la asociación Cluny Ibérica, la historia de las últimas tres décadas para frenar el deterioro de una de las construcciones románicas más antiguas de España. Hablamos del monasterio de San Salvador, cuyos restos de piedra desolados se alzan a unos pocos metros del pequeño casco urbano de la localidad palentina de Nogal de las Huertas, muy cerca del Camino de Santiago a su paso por Carrión de los Condes.
Las primeras pruebas documentales sobre los inicios de San Salvador hacen referencia a una comunidad dúplice benedictina -femenina y masculina- en torno al año 1059. También se conserva una epigrafía que atestigua la fundación en 1063, con una enigmática condesa con el nombre de Elvira Sánchez como patrocinadora. Una fecha fundacional que, de marcar el arranque de las obras del enclave, nos trasladaría a los años en que el románico internacional pleno se establece en España. Todo un hito que parece haberse desdibujado con la decadencia de este monasterio en los últimos doscientos años.
Actualmente es una ruina parcialmente consolidada, aunque su estado dista de ser el ideal. Varias intervenciones se han ido sucediendo desde los años 90, aunque ha sido en el último lustro el que ha marcado una mayor diferencia, especialmente desde 2018 cuando el Ayuntamiento de Nogal de las Huertas adquiere parte del conjunto, y un año después, en 2019, cuando la Diputación de Palencia se suma a la pugna para convertir los sitios cluniacenses en Patrimonio de la Humanidad. Se trata de una postulación a la Unesco liderada por Francia y promovida desde hace 30 años por la Federación Europea de los Sitios Cluniacenses. Actualmente la conforman casi 200 sitios con proyectos en 8 países.
Y es que el monasterio de Nogal de las Huertas forma parte del selecto club de lugares europeos que pertenecieron a una de las primeras multinacionales de la Humanidad: la orden benedictina de Cluny. Su imperio monástico formó una red de 2.000 enclaves que se extendía desde Portugal a Tierra Santa, y fue pionero en la configuración de la arquitectura del monasterio, en la oración de los difuntos, también fue impulsor de la peregrinación a Santiago de Compostela y en algunos casos fue el origen de villas y ciudades.
Una suma de logros que convierten a Cluny en un fenómeno de “valor universal y excepcional”, según la propia candidatura a la Unesco. Postulación que ha situado en el mapa a Nogal de las Huertas, y de la que tiene mucho que ver la Asociación Cluny Ibérica y su director Zoilo Perrino, que lleva décadas reclamando una segunda vida para este edificio casi milenario.
Además de Nogal de las Huertas, hay otros cuatro antiguos lugares cluniacenses de Castilla y León que forman parte de la candidatura de Patrimonio de la Humanidad. Son el monasterio de San Zoilo, en Carrión de los Condes; la iglesia de San Martín de Tours, en Frómista; la iglesia de San Pedro, de Villalcázar de Sirga, y la abadía de San Benito de Sahagún, esta última conocida como el Cluny hispano dado que fue el monasterio más importante de esta orden en la Hispania medieval, hasta su declive a finales del siglo XV.
De monasterio a granja, y después el expolio
Volviendo al monasterio de Nogal de las Huertas, lo que se conserva de él en realidad es poco. Con la desamortización del siglo XIX pasa a manos privadas y se convierte en una granja. “Lo primero que hicieron los nuevos dueños fue meter el pesebre de las vacas en el altar para desacralizarlo y que el obispado no volviera a reclamarlo”, explica Perrino. Después llegaría el éxodo rural que hizo lo suyo en el pueblo, la granja se abandona y comienza el expolio. De nada serviría tampoco su declaración como Monumento Nacional en 1931.
Desaparece de esta forma el claustro, las dependencias monásticas o numerosos elementos arquitectónicos y ornamentales. Así, de todo el conjunto, solo se conservan las ruinas de la iglesia, de tres naves sin cubierta, además de la cabecera rectangular, la parte más antigua y en la que asoma un reducto artístico: una pareja de capiteles románicos que sujetan el arco triunfal.
De los dos capiteles, el del lado norte es el que tenía una mayor calidad, pero es el que peor se ha conservado. “En tan solo cuatro años se ha deshecho como un azucarillo. Se ha consolidado, pero no se puede hacer más. Espero que no vuelva a pasar”, declara el palentino. Fue el derrumbe del cimborrio en 2004 y su exposición a los contrastes de temperatura, lo que fue erosionando a esta valiosa pieza.
La autoría de los capiteles del arco triunfal se atribuye al taller de Jaca-Frómista, con los habituales zarcillos o los pitones jaqueses.
Una tragedia reciente que se suma a toda la desidia que arrastró este monasterio hasta la primera actuación por parte de la Junta de Castilla y León en 1990, cuando se llevó a cabo una intervención arqueológica en los ábsides y se limpió la vegetación de los muros. Una actuación que podría haber provocado el derrumbe posterior del cimborrio, según explica Perrino. Más de una década después, en el año 2004, se lleva a cabo una intervención de urgencia para consolidar los muros, y tendría que esperarse hasta 2018, con la obtención de la propiedad por parte del Ayuntamiento, para que se volviera a actuar en su conjunto con una excavación arqueológica impulsada de nuevo por la Junta. También durante estos últimos años se han instalado paneles informativos, se ha adecentado el conjunto y en 2019, se restauraron los dos capiteles románicos del arco triunfal.
Ahora Perrino insiste en la necesidad de obtener un perfil en profundidad del terreno que circunda al monasterio, para lo que reclama un georradar. “Lo más interesante del conjunto es lo que no conocemos, por eso la importancia de seguir avanzando en las catas de los terrenos de alrededor de lo que se conserva”, recalca. Una de las mayores incógnitas está en la ubicación del claustro. La presencia de arcosolios tanto en el lado norte como en el sur suscitan dudas. Sin embargo, se sospecha que estuviese al norte, a pesar de no ser lo canónico.
Buena parte de los restos románicos de San Salvador se han perdido, aunque en el Museo de Palencia se conservan una serie de canecillos figurados y un capitel románico, de en torno al año 1100, decorado con motivos vegetales y aves. Esta última pieza estuvo en la vivienda de un vecino de Nogal de las Huertas, después en el Ayuntamiento de Carrión y en 2023 fue donado a la colección del museo palentino.
Aprovechar el tirón turístico de las ruinas
En mayo de este año, la Diputación de Palencia impulsó una nueva acción promocional de los sitios cluniacenses de la provincia mediante la celebración de una jornada y un viaje de "influencers" y comunicadores. Una muestra del mayor interés de la institución que también quedó patente a finales del pasado mes de junio, cuando la provincia de Palencia y el Departamento del Loira (Francia) se hermanaron oficialmente en un acto solemne. «Nuestra historia y nuestro patrimonio, al igual que el Loira, ha dejado una profunda huella; un legado único e impresionante en los sitios cluniacenses. Nos vinculan y nos identifican, y nos han impulsado a ese proyecto común de tratar de conseguir que el conjunto de sitios cluniacenses de toda Europa forme parte de la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco», destacó ese mismo día la presidenta de la Diputación, Ángeles Armisén.
Una puesta en valor por parte de las instituciones que llega después de “estar llamando a la puerta y dando la vara”, tal y como señala Perrino. Y es que la Diputación o la Junta no son las únicas puertas a las que han llamado: “Recientemente hemos presentado un proyecto en la misma línea, respaldado a nivel estatal, pero enfocado en el sector turístico, y el año pasado, en colaboración con el Ayuntamiento, hemos presentado un proyecto al programa estatal del 2% Cultural”.
Todo ello con la vista puesta en restaurar el monumento, pero también para convertirlo en un atractivo turístico que reporte riqueza a la comarca. “Nuestro objetivo es poner la cubierta, con lo que ya le puedes dar vida, para convertirlo después en un centro cultural o un museo con temática de Cluny. También hay un proyecto que propone recuperar el volumen del cimborrio y reconstruir debajo las bóvedas pero sin carga”, explica Perrino. “Al final es cuestión de dinero. Quien tiene padrino lo consigue, pero hasta que se tiene un padrino…”, asevera.
Desde la Asociación Cluny Ibérica tienen como referente la restauración de las ruinas del monasterio de Santa María de Rioseco, en el Valle de Manzanedo (Burgos), o el monasterio de San Pedro de Arlanza, también en la provincia burgalesa. Nogal de las Huertas no se puede comparar con estos lugares, es más pequeño y no conserva el claustro, "pero el valor está en su antigüedad y su trascendencia en los orígenes del románico”, alega Perrino.
Cómo visitar el monasterio de San Salvador de Nogal de las Huertas
No existe un régimen de visitas específico. Para poder acceder a su interior se puede concertar una visita guiada con el Ayuntamiento de Nogal de las Huertas (979 18 31 21) o la asociación Cluny Ibérica (Zoilo: 623 02 63 60).
Galería fotográfica
Fotografía de José Daniel Navarro (Instagram: @correuret)
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