¿Alguna vez te ha pasado que paseas por un pueblo de Castilla y León, y te encuentras con que buena parte de sus casas están en ruinas o abandonadas? Seguramente sea así, porque por desgracia no es difícil encontrarse con esta situación. Una realidad de nuestros pueblos que es difícil ignorar y que dificulta la llegada de nuevos pobladores, disuadidos por un coste de rehabilitación inasumible.
Así lo señalan desde diferentes colectivos públicos y privados, que pese a esto, trabajan día a día para estrechar fuertes vínculos entre aquellos que desean una nueva vida en el medio rural y quiénes pueden ofrecérsela. Un primer paso imprescindible para conseguir vencer e incluso valorar todas las deficiencias a las que se enfrenta la España Vaciada tan en boca de todos.
Del Éxodo Rural al Éxodo Urbano
El denominado Éxodo Rural que empezó en el siglo XX en España dejó muchas casas vacías y, muchos pueblos pequeños y grandes, perdieron buena parte de sus vecinos, especialmente los jóvenes que debían garantizar su futuro, empujados a abandonar su hogar por la mecanización del campo que cada vez necesitaba menos manos para labrarlo, y atraídos por la pujante industria de las urbes.
Y así, en un siglo, España cambió radicalmente y se dio la paradoja de que pese a duplicarse la población -de aproximadamente 18 millones de habitantes en 1900 a 40 millones a principios del presente siglo - los municipios por debajo del millar de habitantes aumentaron hasta representar el 61% del total (Ver estudio completo). Una concentración de población en las ciudades que describen perfectamente los datos ofrecidos por el Ministerio de Agricultura en 2020, con un medio rural que reúne al 82,1% del total de municipios de España, pero que solo concentra el 16,1% de la población.
Esto se tradujo en pueblos donde calles enteras se vaciaron mientras crecían, en un descontrolado urbanismo, los barrios de las ciudades. Muchas iglesias dejaron de tener devotos y mantenerlas se convirtió en una ardua tarea, y la población envejeció drásticamente, especialmente en las provincias del noroeste de la Península. Tradiciones enteras se perdieron y los vínculos que unían a los emigrantes rurales con sus pueblos y sus raíces se rompieron.
Pero mientras que en el siglo XX se hablaba del fenómeno del Éxodo Rural, ahora en el siglo XXI se empieza a hablar de "Éxodo Urbano", y cada vez gana más protagonismo la bautizada como "España Vaciada" en periódicos y telediarios. Surgen nuevos proyectos tanto de iniciativas privadas como por parte de las Administraciones Públicas que, tratan de corregir los estragos de todo un siglo y satisfacer la demanda de viviendas de unos habitantes urbanos deseosos de una vida más tranquila. Un trabajo no exento de complicaciones.
Un fenómeno acelerado por la pandemia
En los peores momentos de la pandemia entre marzo y mayo de 2020, cuando estábamos confinados en nuestras casas, se tomó en consideración el tamaño y condiciones de habitabilidad de nuestras casas, especialmente aquellos que vivían en los barrios urbanos construidos a partir de 1950 para alojar a esos emigrantes rurales. Víctor, un vecino del municipio vallisoletano de Cubillas de Santa Marta, fue muy consciente de las ventajas de vivir en un pueblo durante estos duros meses. “El confinamiento en el pueblo no lo notamos como en las ciudades, pues aquí teníamos espacio para pasear y aire fresco que respirar las 24 horas del día”.
Un privilegio que ha cambiado la forma de pensar de muchos y que se ha notado en la demanda de viviendas o solares rurales después de este estricto confinamiento. Así lo expresan desde el Proyecto Arraigo, una iniciativa que desde hace años sirve de puente para unir el mundo urbano y el mundo rural para aquellos "urbanitas" que quieren un cambio de aires. “Después de la pandemia la demanda ha aumentado y ha fortalecido la tendencia al alza que ya se venía dando años antes”, señalan.
El perfil de los nuevos pobladores que contactan con esta iniciativa es en su mayoría de jubilados o parejas jóvenes, motivados "por la ilusión de tener una vida más tranquila o poder reducir gastos". Pero más allá de las búsqueda del ideal rural, el Proyecto Arraigo trabaja en su inserción dentro de la comunidad del pueblo donde se integran. Para ello, trabajan mano a mano con los Ayuntamientos y los nuevos pobladores a través de técnicos especializados, que tratan de aunar las posibilidades de empleo, ocio, servicios básicos y vivienda con las expectativas y condiciones de los urbanitas.
El mal estado de la vivienda, el mayor escollo para Ayuntamientos y nuevos pobladores
Una nueva tendencia, que los Ayuntamientos rurales no quieren desaprovechar, y que entienden como una oportunidad de futuro para atraer población y vida a sus calles. Así han surgido iniciativas como en el pueblo segoviano de Codorniz, donde han creado un grupo de Facebook para concentrar y publicar toda la oferta de propiedades que están a la venta o en alquiler. Todo para que los nuevos pobladores lo tengan más fácil a la hora de consultar las ofertas y los vendedores tengan un nuevo canal de difusión.
Una iniciativa que surge desde el Ayuntamiento para corregir la tendencia a lo largo de los años de ver cada vez más inmuebles deshabitados y abandonados en el pueblo. “Los abuelos o los tíos fallecían y nadie volvía a abrir las puertas de esa casa", o en el peor de los casos, "nadie se decidía a construir o a colgar el cartel de ‘Se vende’ en ningún solar”.
Un problema que se agrava precisamente por los vínculos rotos entre los herederos de esas propiedades con el pueblo de sus antepasados y que se traduce en casas que no se arreglan y en el desinterés por mantenerlas habitadas. “Los dueños de estas propiedades quieren venderla sin tener que invertir nada en ella y a un coste más elevado de lo que la gente está dispuesta a pagar por un inmueble así”, apuntan desde Codorniz.
Así, las viviendas terminan arruinándose y acaban necesitando una mayor inversión para arreglarlas, siendo a veces la demolición la única solución. “Por lo que si a la propia transacción de compra-venta hay que sumarle unos cuantos miles de euros más por una reforma o una demolición, los potenciales compradores prefieren seguir buscando o directamente empezar de cero en un solar”.
La Junta de Castilla y León también crea iniciativas para atraer habitantes a los municipios
Los organismos oficiales se han ido implicando cada vez más en los últimos tiempos para aumentar la población del medio rural. Muestra de ello es el programa Rehabitare, con el que la Junta busca incrementar el parque público de alquiler social de la región a través de la recuperación de inmuebles en desuso que sean de titularidad municipal.
De esta manera, Rehabitare sirve para rescatar edificios que puedan ser destinados al alquiler social y así optimizar los recursos municipales, restaurar inmuebles valiosos patrimonialmente, revitalizar los espacios tradicionales del entramado urbano municipal y fijar población en el medio rural con la puesta a disposición de las viviendas rehabilitadas en régimen de alquiler social, en favor especial del colectivo juvenil.
La mecánica de la actuación administrativa es la siguiente: Tras la cesión por parte del Ayuntamiento a la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la vivienda o inmueble en desuso, la Dirección General de Vivienda, Arquitectura y Urbanismo contrata las obras de rehabilitación necesarias para, una vez finalizadas, proceder a su devolución al Ayuntamiento que lo ofrecerá en régimen de alquiler social a familias u otros colectivos de especial protección.
Tras superar la fase de implantación, en la que ya se han llevado a cabo 194 actuaciones con un presupuesto de 8.392.386 euros y, ante la excelente acogida del proyecto y sus beneficiosos efectos, decidieron fijar unos criterios que orientasen el proceso de selección de las actuaciones que se puedan acoger al mismo, delimitasen los compromisos a asumir por los municipios donde se ubiquen las actuaciones seleccionadas y dispusiesen cuestiones procedimentales. (Más información de dichos requisitos aquí).
El último proyecto dentro de este programa ha sido presentado por el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones para la edificación de 35 viviendas en Posada del Bierzo. El acuerdo establece una rebaja del 20% del precio máximo de venta de estas viviendas para jóvenes menores de 35 años. Aunque el Gobierno autonómico ya dispone de acuerdos con una veintena de ayuntamientos de la Comunidad para construir un total de 200 viviendas más, cuya ejecución se llevará a cabo directamente por el Somacyl para eliminar el beneficio industrial y conseguir un precio inferior al de mercado.
Con esta iniciativa, la Junta busca promover el asentamiento de jóvenes en el medio rural, concretamente en municipios de menos de 10.000 habitantes, y así paliar las dificultades de financiación que este colectivo encuentra a la hora de acudir a las entidades bancarias.
La ilusión, una fuerza que lo vence todo
A la mala situación del mercado inmobiliario del medio rural, hay que sumarle la falta de servicios básicos de muchos pueblos de la región, donde un deficitario o ausente transporte público, la mala cobertura o la escasa oferta de empleos son los principales problemas que dificultan la llegada de nuevos habitantes. Requisitos los nuevos pobladores buscan en su nuevo lugar de residencia, y que constatan desde el Ayuntamiento de Codorniz, a quienes les gustaría poder decir que tienen unas grandes oportunidades laborales, o que cuentan con una red de transporte público excelente. “Pero lamentablemente esto no es así. Lo primero que le preguntaría al nuevo poblador es ¿tienes carnet de conducir? Si la respuesta es sí entonces no habría mayor problema”, apuntan.
No cabe duda de que es muy difícil borrar en unos pocos años, lo que la desidia de décadas enteras ha provocado en los pueblos de Castilla y León, una de las comunidades más afectadas por la despoblación. Pero eso no quita la ilusión por parte de los Ayuntamientos y de los nuevos pobladores. Los primeros porque por primera vez en muchos años tienen la esperanza de recuperar parte de lo perdido. Y los segundos porque creen precisamente que la vida tranquila y despreocupada es una cualidad indispensable para empezar su nuevo camino.
Bien lo expresan desde el Ayuntamiento de Cordoniz: “¿Cuántos minutos te pasas en el atasco? Y, ¿a cuanta distancia está el trabajo de casa? ¿O cuántas veces vas al cine o de compras? Cada persona tiene su propia filosofía de vida, pero está claro que si estas convencido verás más ventajas que inconvenientes”.
Porque como bien dice el dicho, "cada persona es un mundo", y pese a todas las dificultades que puedan existir, al final es la convicción y las ganas de comenzar un nuevo camino, la mejor arma para vencerlas.
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