En el corazón de la comarca de la Ojeda, en la ruta que une las localidades de Herrera y Cervera de Pisuerga, se ubica el municipio palentino de Moarves de Ojeda que esconde -en su pequeño casco urbano- un auténtico tesoro para los amantes del arte románico: la iglesia en honor a San Juan Bautista.
Lo singular de esta pequeña iglesia construida a finales del siglo XII, que fue además declarada Monumento Histórico-Artístico en 1931, es su imponente portada que no pasa desapercibida. De hecho, el escritor Miguel de Unamuno quedó sorprendido con esta portada y dejó sus impresiones plasmadas en los siguientes versos:
“Una bella portada de encendida encarnadura, de piedra, donde Cristo rodeado de los cuatro animales simbólicos de la Esfinge y en medio de la docena de apóstoles. Debajo, el arco ajedrezado de la puerta. Y arriba, en la torre, la cigüeña ha fabricado un nido en copa de leña, obra de arquitectos también. Le lanza a uno ese nombre, Moarves, a soñar en unos presuntos mozárabes que, al amparo del Cristo de la puerta, se acogieron, merced a la reconquista románica y visigótica, al redel de la raza.” Miguel de Unamuno.
Unas palabras más que merecidas, ya que el friso con su Pantocrátor que luce su fachada constituye uno de los más elegantes del románico palentino. Si bien es cierto que si nos detenemos en el aspecto iconográfico, el conjunto sigue la composición denominada “Maiestas Domini” o majestad del Señor. En el centro está la figura sedente de Cristo, circunscrita en una mandorla o almendra mística, con una mano alzada en actitud de juzgar mientras sostiene en la otra mano el libro de la Sagrada Escritura. En referencia a su poder sobre todas las cosas se conoce como “Pantocrátor”.
La mandorla está flanqueada por cuatro figuras que forman un “Tetramorfos” para representar a los cuatro Evangelistas: San Mateo como un ángel, San Juan como un águila, San Lucas como un buey y San Marcos como un león. También observamos las esculturas dispuestas horizontalmente a cada lado que representan a los doce apóstoles, quienes portan diversos atributos iconográficos que los identifican como libros, filacterias o cruces. Destaca que todos ellos son de menor tamaño que la figura del Cristo y que además algunas, precisamente las más cercanas a Cristo, tienen cierto dinamismo para que parezca que se dirigen a la figura central.
Con respecto a la iconografía de los capiteles, comenzando por el lado izquierdo, destaca una escena de músicos a cuyo ritmo bailan contorsionando dos mujeres. Los músicos de los extremos de este grupo tocan una fídula y un arpa-salterio mientras que el situado entre el del arpa y las bailarinas sopla un "dolio”.
Si nos detenemos en el segundo capitel podemos observar a dos personas en lucha con un león. En el lado derecho vemos dos personajes con lanzas y escudos, también con una escena de caza del león.
En el interior de la iglesia, junto al altar, se encuentra otro tesoro escondido: una pila bautismal esculpida con el mismo motivo decorativo que el friso de la portada.
No obstante, más allá de aspectos técnicos lo cierto es que basta con detenerse a contemplar pausadamente cada detalle de la portada de esta iglesia para comprender aquellas palabras de Unamuno que la calificaban de "bella portada de encendida encarnadura" .
Cuándo visitar el interior de la iglesia de Moarves de Ojeda
Las puertas de la iglesia de Moarves de Ojeda se abren durante los actos de culto. Además el interior también puede visitarse en verano, gracias al programa de apertura de monumentos de la Diputación de Palencia y la Junta de Castilla y León.
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