Hace siglos la mano del hombre transformó la roca para convertirla en iglesias, necrópolis o cuevas. Los más enigmáticos y mejor conservados eremitorios y santuarios rupestres de la Península Ibérica se concentran en los límites entre el sur de la provincia de Cantabria y el norte de Burgos y Palencia. Precisamente en esta última provincia, en la pedanía de Olleros de Pisuerga perteneciente a Aguilar de Campoo, se encuentra el mejor ejemplo conservado de este tipo de manifestaciones religioso-artísticas.
Se trata de la iglesia rupestre en honor de los Santos Justo y Pastor, un eremitorio que adentra sus orígenes en el siglo VII, dentro de los movimientos eremíticos del Norte de la Península. Este lugar sirvió de refugio de oración a los cristianos que se escondían del Islam instalado en la península ibérica desde hacía 300 años.
Breve historia de su construcción
Si bien no se conoce con precisión la fecha de su construcción, la iglesia que ha llegado hasta nuestros días es fruto de varias reformas posteriores emprendidas en los siglos XVII y XVIII. Los investigadores apuntan, por tanto, a un marco cronológico que abarcaría desde el siglo IX hasta el XIII o incluso principios del XIV, ya que sus formas son románicas pero algunas partes podrían ser anteriores, como el espacio que en la actualidad funciona como sacristía.
La portada de acceso a la iglesia fue construida en 1753. Además la espadaña que se encuentra en la parte superior de la roca fue construida también en época moderna. Al templo se accede por una escalera que termina en un atrio, en donde se sitúa el vano de acceso, que se comunica con el muro este en el tramo de los pies. Hay que señalar que disponía de puerta de acceso (cegada en la actualidad) y ventanal que se enmarca en círculos concéntricos.
Un exterior enigmático…
Asociada a la iglesia se encuentra la necrópolis rupestre con sepulturas antropomórficas y de bañera, trapezoidales y ovaladas, así como una especie de cuevas o habitáculos también excavados en roca, posiblemente prerrománicos y con un carácter sagrado en origen.
Exenta y desplazada unos metros al sur se localiza la torre - campanario. La iglesia presenta una orientación norte-sur un tanto atípica, consecuencia de la propia disposición de la lancha de piedra en la que está excavada la cueva.
…Y un interior todavía más asombroso
El interior del templo se estructura en torno a dos naves que se rematan en sendos ábsides semicirculares. No obstante, la planta es irregular ya que los ábsides están desviados hacia el oeste, debido a la naturaleza de la roca en la que se encuentra excavada. Las naves se separan por un pilar cruciforme en el tramo de los pies y tres columnas de orden toscano. Las dos centrales fueron añadidas en el siglo XVIII en sustitución de los soportes primigenios, mientras que la más cercana a la cabecera fue retallada en la misma época con una factura similar, a partir del pilar original. Las cubiertas del edificio son falsas bóvedas, de cañón apuntado en el cuerpo de la iglesia, y falsa bóveda de horno en los ábsides.
A los pies de la iglesia se sitúa un coro alto, realizado en madera. En este tramo se pueden apreciar unas dobles columnas adosadas al muro y labradas directamente en la roca, cuyos capiteles no presentan decoración. La iluminación natural se consigue mediante varios vanos que se excavaron en la parte superior de la nave de la epístola. En la cabecera de la nave del evangelio hay una capilla de reducidas dimensiones. Junto al ábside de la nave de la epístola se abre un espacio de planta rectangular que en la actualidad funciona como sacristía.
En el muro del evangelio puede verse un arcosolio con una tumba antropomórfica, y en ese mismo muro, a los pies, hay un pequeño espacio que alberga en su interior la pila bautismal, sin ningún motivo decorativo. Destaca el púlpito de madera policromada realizado en el siglo XVI y un retablo de la misma centuria, que se encuentra en el ábside de la nave de la epístola, con esculturas de diferentes santos, pintadas al temple. En el ábside contrario hay un interesante Crucificado, realizado en el siglo XVII.
Tras la última restauración del edificio se descubrieron algunos restos pictóricos realizados en época gótica y moderna detrás del retablo, y en el arcosolio que constituía el antiguo acceso a la sacristía. En estas pinturas hay representada una cruz latina de gran tamaño, formas geométricas y elementos vegetales.
Horarios e información de apertura
Desde el 9 de octubre el horario de apertura es de martes a domingo de 10 a 14 horas. Fuera de este horario se atenderá bajo disponibilidad y reserva de cita previa contactando en el 979 12 23 85 o en el 619 15 56 81. Apertura extraordinaria los días 11 de octubre, 1 de noviembre y 6 de diciembre. La tarifa es de 1,2 euros general y 1 euro para grupos.
Qué ver en los alrededores
Esta iglesia es solo el principio de una tierra con un rico patrimonio histórico, cultural y natural.