A 29 kilómetros de Valladolid inmerso en los Montes Torozos, se levanta casi intacto, el que fuera último Cuartel General del ejército comunero. El Castillo de Torrelobatón es uno de los mejor conservados de la provincia que actualmente alberga el Centro de Interpretación de las Comunidades. Construido a principios del siglo XV, desempeñó un papel muy importante en la Guerra de las Comunidades.
Siglos y siglos de historia esconden las paredes de una edificación que hoy sigue en pie, pese al paso del tiempo. Todo comenzó en 1392, cuando Alfonso Enríquez, futuro Almirante de Castilla, compró Torrelobatón y consiguió la licencia de Juan II para edificar un castillo. Se comenzó su construcción en el siglo XIII con la intención de vigilar el valle del Hornija.
Al pertenecer a los Enríquez, también es conocido como el Castillo de los Almirantes y en la torre del homenaje se aprecian los blasones de esta familia. Su finalización terminó a mediados del siglo XV, gracias a Gómez de Isla, que trabajaba en la Catedral de Palencia.
Su heredero, Fadrique, perdió posteriormente la propiedad por apoyar a los Infantes de Aragón frente a Juan II, que la transfiere a Alonso Pérez de Vivero. En 1455, la recupera cuando regresa del exilio perdonado por Enrique IV y construye un nuevo castillo señorial aprovechando, eso sí, el existente.
Tuvo un papel importante en la Guerra de las Comunidades de Castilla. Fue tomado en febrero de 1521 por Juan Padilla, después de cuatro días de asedio del que no salió indemne. Es, por lo tanto, el último lugar en el que los comuneros dejaron huella, tras partir rumbo a Toro el 23 de abril de 1521 y ser alcanzados en Villalar, derrotados y ajusticiados.
El castillo, patrimonio en sí mismo
En el siglo XVIII, los Enríquez dejan de poseer la villa y, por tanto, el castillo aunque estuvo ligado a este linaje hasta el siglo XIX. En los años 1950, pasa a depender del Servicio Nacional de Trigo (SENPA) del Ministerio de Agricultura y declarado Patrimonio Histórico en 1949. Finalmente, el 1 de abril de 2003 la Junta de Castilla y León cede el castillo a Torrelobatón.
Tras ser rehabilitado y acondicionado, desde 2007 alberga el Centro de Interpretación de la Guerra de las Comunidades, promovido por la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León, la Fundación Villalar-Castilla y León y el propio Ayuntamiento de Torrelobatón.
El majestuoso castillo, arquetipo de la Escuela de Valladolid, se alza sobre su planta cuadrada dominando el valle del Hornija. El patio de armas, cuadrangular, se halla flanqueado en tres de sus ángulos por cubos cilíndricos, y una torre del homenaje cúbica en el cuarto.
El interior de la torre del homenaje consta de tres pisos. Cabe señalar que la antigua puerta de la torre estaba situada a mitad de su altura y comunicaba con el adarve por un puente. La torre tiene en la parte baja una antesala situada en el muro que era el primer acceso desde el patio. El piso inferior se cubre con un cañón apuntado y la parte de abajo del muro pertenece a la primitiva y antigua torre construida por Alfonso Enríquez. La segunda altura de la torre es más propia de finales del siglo XV. En el tercer piso, destaca una gran sala con bóveda que probablemente estuvo dividida en dos alturas.
Recorriendo cada uno de sus rincones, se muestran las claves para entender un acontecimiento de gran relevancia para la historia de Castilla y León. Y aunque a veces no sepamos valorar lo que tenemos, este hermoso castillo es el mejor conservado de toda Castilla. Y el hecho de estar emplazado en una loma en el medio de una llanura despejada, le brinda más espectacularidad a sus vistas desde el camino.
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