Muy cerca de la capital, a tan solo 8 kilómetros, se encuentra este pueblo, que atesora una larga historia entre sus calles y sus monumentos más destacados.
Tanto es así que se cree que hubo presencia humana en sus términos hace más de 125.000 años. Aunque no es hasta la época romana (siglo I a.C), cuando se documenta un asentamiento de población en el entorno del Cerro de la Miranda. El topónimo “Fontes” se encuentra por primera vez en un privilegio real otorgado por Ramiro III en el año 971. Un siglo más tarde ya hay constancia de la denominación completa, aunque la historiografía ha reiterado su origen en “Valle de Pedro”, relacionándolo con diferentes personajes de este nombre.
En el siglo XIII eran siete las aldeas que tenía el Valle del Emperador: San Adrián, San Pedro de Valdepero, Palazuelos de Valdepero, Vega de Valdepero, Quintanilla de Valdepero, Foyal y Fuentes de Valdepero. Pero, tras la peste negra, tan solo resistió el núcleo actual de Fuentes.
Años más tarde, en 1521, este municipio palentino volvió a convertirse en protagonista, sufriendo su castillos el asedio de las Comuneros durante la Guerra de las Comunidades a las órdenes del obispo Acuña, aprensando al entonces señor de Fuentes, Andrés de Ribera, y su familia.
En 1572, siendo Señora de Fuentes Doña Juana de Acevedo y Fonseca, el Rey Felipe II instituyó el título condal en ella, por lo que se convirtió en la primera Condesa de Fuentes de Valdepero. Tras sucesivas transmisiones, en 1739 el Castillo y el título condal llegó a la Casa de Alba, que en la actualidad sigue detentando el titulo en Doña Cayetana Fitz-James Stuart, Duquesa de Alba y Condesa de Fuentes de Valdepero.
Y, tras conocer un poquito su historia, ¿qué tal si disfrutamos de sus monumentos más destacados?
Qué ver en Fuentes de Valdepero
Castillo de los Sarmiento
Si existe una construcción que destaca por encima de todas en fuentes de Valdepero, ese es su majestuoso castillo, edificado entre 1442 y 1465, coincidiendo con las dos inscripciones que portan los escudos de armas de la familia Sarmiento en el cubo sudeste: “Don Diego Perez Sarmiento, conde de Santa Marta, adelantado mayor de Galisia”.
Tras su fallecimiento, la villa de Fuentes de Valdepero dejó de formar parte de las posesiones del Adelantado Mayor de Galicia y Conde de Santa Marta para pasar a manos de una de las ramas colaterales de los Sarmiento, concretamente a Andrés de Ribera, casado con una nieta del Conde, Doña Constanza.
El asedio y la ocupación por parte de los comuneros en 1521 provocaron tal impresión en Andrés de Ribera que, al reparar los desperfectos causados, mandó engrosar sus muros de forma excesiva y se achicaron puertas y ventas de manera desproporcionada y anacrónica.
Tras diversas trasmisiones, la Diputación de Palencia adquirió la propiedad del castillo en 1995, gracias al impulso y las gestiones de la Asociación de Amigos del Castillo y Monumentos de Fuentes de Valdepero.
En cuanto a su arquitectura, en sus mejores tiempos esta fortaleza llegó a convertirse en la más importante de Castilla, debido a que su torre del homenaje no tuvo rival en anchura y longitud. El grosor de sus muros es el mayor de todos los castillos del siglo XV españoles, llegando en algunos lugares a los 11 metros de espesor.
“Fortaleza que es una de las buenas que hay en Castilla de Casa llana...”. Carta del Condestable de Castilla al Emperador. Enero de 1521.
Tampoco podía faltar la leyenda del castillo. Las gentes del pueblo aseguran que existió una espada cuya empuñadura, envuelta en un pergamino, se alojaba dentro del mundo. Estaba situada en el cubo del Sudeste, de donde salía la hoja de acero. La razón de su existencia era simbolizar la jurisdicción criminal del señor sobre los vecinos. Aunque para otros tenía una utilidad más macabra, asegurando que servía para ajusticiar a los condenados a muerte, arrojándolos desde las almenas sobre su hiriente filo.
Horario de apertura: De Martes a Domingo: de 10:30 a 14 h / de 17 a 20 h
Horario de visitas guiadas: De Martes a Domingo: a las 11 h, 12:30 h, 17:00 h, 18:30 h
Iglesia parroquial Nuestra Señora de la Antigua
Este grandioso templo, que destaca por sus grandes dimensiones, digno de las iglesias catedrales de Tierra de Campos, comenzó su construcción en el siglo XIII. consta de una sola nave elevado, dividida en cuatro tramos. Consta de dos portadas de acceso: Una a los pies del templo, con arto apuntado; y la segunda, también apuntada, situada al lado de la epístola y protegida con un grandioso pórtico.
La Iglesia de Nuestra Señora de la Antigua es un bien de interés cultural al albergar en su interior un sinfín de obras que abarcan los siglos XII hasta el XVIII, entre las que destacan un retablo Neoclásico y otro Rococó del siglo XVIII, además de relieves atribuidos a Pedro de Ávila.
Ermita de San Pedro
Localizada a unos 500 metros al este del pueblo, donde existió en otros tiempos el núcleo habitado, esta parroquia dedicada a San Pedro contrasta con la devoción popular, destinada a la Virgen del Consuelo. Construida en un alto, recoge unas vistas privilegiadas del castillo y el municipio.
Se trata de la típica ermita solitaria y llena de encanto, levantada a finales del románico en piedra de sillería. En el muro de la epístola se abrió un arcosolio apuntado destinado a enterramiento, que fue cegado a entorno a los siglos XVII y XVIII, utilizándose como parte de relleno dos tallas de madera que representan a la Virgen y a San Juan.
Puertas
Han existido dos puertas en esta población amurallada: Por un lado, la puerta Sur, que conducía a Palencia, conserva algunos restos y se ha realizado su reconstrucción teórica.
Por el otro, la puerta Norte, que llevaba a Monzón de Campos. De ella conserva el arco, que ha sido restaurado con la intervención de la Asociación. Fue construido en el último tercio del Siglo IX, cuando las tropas de la reconquista alcanzaron este lugar. Lo cierto es que la villa hubo de sufrir las consecuencias de las terribles campañas emprendidas por Almanzor contra el reino de León.
El plan ideal para disfrutar de todos estos monumentos reside también en pasear por sus calles, entre las que destaca la larga calle Mayor, para comtemplar sus casas de piedra, encontrar alguna fachada del siglo XVII o ver escudos y blasones que recuerdan a tiempos medievales.
También merecen la pena sus fiestas. Las más conocidas son las fiestas patronales del 15 de mayo en honor a San Isidro Labrados y las del 15 de agosto, en honor a Nuestra Señora de la Antigua. Además, celebran otras dos fiestas en septiembre y un mercado medieval. Aparte, no se puede abandonar este pueblo sin probar su gastronomía, representada por alguno de sus típicos quesos.
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