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Fuentes de Cuéllar: una ruina, muchas promesas y unas jóvenes que ya no esperan

  • Foto del escritor: Daniel González
    Daniel González
  • hace 12 minutos
  • 6 Min. de lectura

En Fuentes de Cuéllar el invierno se impone como un silencio denso. Casas cerradas, abandonadas o en ruinas dominan la escena de un casco urbano que se esparce inclinado por la ladera de una loma. Ya no tiene ayuntamiento propio, ni siquiera un bar donde encontrarse. Y el que fuera el corazón espiritual y social del pueblo, su iglesia, arrastra décadas de desidia que la han convertido en una gigantesca ruina de piedra caliza. El panorama, a primera vista, puede parecer desolador, pero bajo esa apariencia dormida, el alma del pueblo aún vibra con la esperanza de ver rehabilitado algún día su templo querido y abrir un nuevo capítulo más positivo en su historia.


La iglesia de Fuentes de Cuéllar es una de las más grandes de la zona y sus orígenes se remontan al siglo XIII
La iglesia de Fuentes de Cuéllar es una de las más grandes de la zona y sus orígenes se remontan al siglo XIII

Con advocación a San Juan Bautista, el aspecto actual de la iglesia es el resultado de 30 años de total abandono pese a las reivindicaciones de los vecinos, a quienes una y otra vez se les ha prometido unas obras de restauración que al final solo se quedan en papel mojado. El monumento no es Bien de Interés Cultural, aunque se intentó su declaración, y solo está protegido dentro del catálogo del Plan General de Urbanismo de Cuéllar, municipio segoviano al que pertenece en la actualidad la localidad. Además, desde el año 2019 engrosa la Lista Roja del Patrimonio elaborada por Hispania Nostra.


De una gotera a una iglesia a cielo abierto


Su mal estado es evidente. En 2008 parte de la cubierta de la iglesia tuvo que ser desmontada ante el riesgo de derrumbe. En 2012 se desplomó el resto de la cubierta de las naves dejando el templo a la intemperie. Pero es que años antes, en 1997, ya tuvo que cerrarse al culto debido a las goteras. Pablo Ballesteros, de 66 años y uno de los pocos vecinos que viven en el pueblo todo el año, recuerda el día en que se clausuró, y cómo, poco después, los vecinos se plantaron ante el Obispado de Segovia con una memoria en la que se concluía que solo "era necesario un retejado".


Ese arreglo nunca llegó y el culto se trasladó a las antiguas escuelas del pueblo en una sala considerablemente más pequeña que la iglesia. También buena parte de la imaginería acabó decorando las paredes de la escuela donde los pupitres dieron paso a los bancos originales del templo. No se trasladaron ni la gran pila bautismal ni la estructura de madera de los retablos, que continúan abandonados dentro del monumento herido.




Otras piezas de su mobiliario desaparecieron por robos o por mudanzas fuera del pueblo. Un ejemplo fueron las puertas de la entrada principal, o la gran campana de su torre, que "para rodearla eran necesarias cuatro personas abrazadas", rememora Maribel Rodríguez, vecina veterana de 72 años. El destino de esta campana puede que fuera Valencia, según le contaron a Herminio Hernando, vecino octogenario que llegó a ser monaguillo durante siete años y se casó en el templo. "Recuerdo subir a la torre, tocar las campanas, coger pájaros...", revive Herminio, que como muchos otros terminó emigrando y que regresa al pueblo en verano o en días señalados.


Actualmente son unos 40 vecinos censados en la localidad, una demografía que para Maribel explica el abandono del templo: "Es un pueblo muy pequeño y no viene suficiente gente. Si esto estuviera en una capital ya estaría arreglada. Pero tendrían que fijarse en la calidad de la iglesia, en lo bonita que es, en la cantidad de gente que viene a hacer fotografías". Misma buena reseña lanza Pablo Ballesteros: "Vale más que otras tres iglesias juntas… Y así la tenemos, hundida; y hundida se va a quedar para siempre".


Henar, María, Alba, Henar, Paula y Sandra son las jóvenes responsables de las últimas iniciativas para denunciar el estado de la iglesia.
Henar, María, Alba, Henar, Paula y Sandra son las jóvenes responsables de las últimas iniciativas para denunciar el estado de la iglesia.

Ruina institucional, esperanza en femenino


La desesperanza de Pablo es el sentir general del pueblo que se siente ignorado y engañado por la instituciones. Sin embargo, hay una nueva generación de cuya indignación han brotado unas fuertes ganas por cambiar el relato. Cinco chicas jóvenes del pueblo, con edades comprendidas en la actualidad entre los 20 y 26 años, comenzaron en agosto de 2018 una aventura que colocó a Fuentes de Cuéllar en el foco mediático. A través de la plataforma change.org lanzaron una campaña de recogida de firmas para reclamar la restauración de la iglesia. Más de 1.700 personas firmaron la petición y a raíz de eso se pusieron en contacto con ellas desde la asociación Hispania Nostra para lanzar una campaña de crowdfunding. Pero en esa época eran muy jóvenes y no se atrevieron a dar el paso.


En paralelo a esta iniciativa crearon una cuenta de Instagram (@fuentesdecuellar) que a día de hoy supera el millar de seguidores. "La cosa comenzó un poco de broma y para entretenernos, pero la gente del pueblo nos empezó a animar y a seguirnos y, entonces, nos lo empezamos a tomar en serio", explica Alba de Haro, una de las más mayores del grupo. Aunque empezaron publicando sobre las fiestas, fue la iglesia la que motivó un mayor crecimiento de seguidores, especialmente durante la pandemia. "Nos siguen cuentas de arte, de otros pueblos de la zona y también gente de lejos que interactúan y nos escriben interesados", señala.


Un interés suscitado por una ruina que difícilmente recuperará su función original, y que puede servir como reclamo turístico para una localidad enclavada en la llamada España vaciada. Por eso, el siguiente paso que quieren dar las jóvenes es crear una asociación cultural que aglutine a los vecinos y sirva de altavoz para denunciar la situación de la iglesia ante las instituciones. Asimismo, contemplan el colectivo como una herramienta para organizar actividades lúdicas para los niños pequeños y la gente mayor, o "para que puedan venir de otros pueblos a pasar un buen rato durante las fiestas patronales e, incluso, una semana antes".


Este verano será determinante en la creación de la asociación, según explican las jóvenes, pues es el momento en el que se juntan todas durante más tiempo en la localidad. Hijas del pueblo todas ellas que nacieron después de que se clausurara la iglesia, pero que la quieren igual que sus padres o abuelos. "Nos da mucha pena ver que la iglesia más grande de la zona se esté dejando caer, que en Cuéllar no ponen de su parte ya no para restaurarla, sino para mantenerla. Nosotras hemos crecido y hemos ido viendo como va a peor pese a la pequeña esperanza que te inculcan en casa desde pequeño".


Ante esta realidad se hace difícil soñar en que podría convertirse la iglesia si se consolidara, aunque sí que flotan algunas ideas. "La opción de que sirva como centro de exposiciones me parece muy buena idea, pero creo que el pueblo estaría dispuesto a que fuese cualquier cosa con tal de dar visibilidad y de que no quede en el olvido", considera Paula Heras Ballesteros, otra de las jóvenes comprometidas.




Mucho ruido y pocas nueces


Si miramos en la hemeroteca de los medios locales o en una rápida búsqueda en Google, se hace palmaria de dónde nace la desesperación del pueblo por el futuro de su iglesia.


Las únicas intervenciones -para bien- que se han emprendido en el edificio ocurrieron en 1993, cuando la Junta reparó las cubiertas del presbiterio y de la única bóveda renacentista. Una década más tarde, en 2014, el propietario del monumento, el Obispado de Segovia, actuó en unas obras sin licencia en la limpieza de parte de la torre y en la colocación de elementos para proteger los muros del agua para evitar su deterioro.


En cuanto a lo que se prometió y no se hizo, en 2008 la Junta de Castilla y León anunció la restauración integral del templo con una inversión cercana a los 600.000 euros dentro del programa Arquimilenios, pero dicho programa se suspendió.


En 2018, las firmas recogidas por los vecinos del pueblo en change.org se llevaron al Obispado, pero tal y como aseguran sus promotoras, "no nos dijeron que no, es que directamente no nos contestaron". Años más tarde, en 2021, el PSOE llevó a las Cortes una Proposición No de Ley para instar a la Junta a rehabilitar la iglesia que salió adelante con el apoyo de Ciudadanos.


Nada se supo hasta 2023 cuando el PSOE volvió a llevar a las Cortes una propuesta con el mismo contenido: "Instar a la Junta a ejecutar a lo largo del presente ejercicio 2023 la consignación prevista para la estabilización y consolidación de la Iglesia de San Juan Bautista, y a la redacción del proyecto de rehabilitación y ejecución de las obras previstas en el citado proyecto a lo largo de los años 2024 y 2025”.


Esta propuesta fue aprobada, pero no ha desembocado en acción alguna. Del mismo modo, en 2024, también el PSOE incorporó a la iglesia de Fuentes a sus enmiendas a los presupuestos regionales. Desde entonces, silencio.


Galería fotográfica de la iglesia de Fuentes de Cuéllar


Reportaje fotográfico por José Daniel Navarro (@correuret)




Un apunte final: En caso de estar interesados en visitar la iglesia de San Juan Bautista hay que ponerse en contacto a través de Instagram con la cuenta (@fuentesdecuellar). Las jóvenes que la gestionan solo suelen estar en el pueblo en verano o en fechas señaladas.



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