Declarada Conjunto Histórico-Artístico en el año 1994, esta villa situada a medio camino entre Valladolid y Segovia cuenta con bellos rincones y edificios, dignos de las más encantadores pueblos de nuestro país. Una monumentalidad que se percibe en su casco viejo y arrabales, nutridos por abundantes iglesias mudéjares, un triple recinto amurallado bien conservado y un gran castillo medieval, que junto con sus antiquísimos encierros, dotan a la Villa de Cuéllar de un porte ilustre inmejorable para el visitante curioso.
Qué ver de Cuéllar
Una de las cualidades que más destaca de esta villa segoviana es que sus iglesias siguen un mismo patrón, con unas altas torres que le hacen parecer uno de esos pueblos de la Toscana italiana. Villa medieval, mudéjar y tradicional, Cuéllar es sin duda una parada indispensable por las tierras castellanas.
1. Un río de mudéjar
Su pasado multicultural, donde convivían musulmanes, cristiano y judíos ha convertido al municipio en una plaza única para disfruta de las múltiples corrientes artísticas que ha vivido España en su historia. Desde el románico que se conserva en alguno de los templos más antiguos, al gótico y renacentista de su castillo. Pero sin duda es el mudéjar el fruto del orgullo de Cuéllar, que pincela con su característico ladrillo la mayor parte de sus templos y conventos. La amplia lista de iglesias mudéjares, que se cuentan con los dedos de las dos manos, está encabezada por la de San Martín próxima al castillo y sede del Centro de Interpretación del Arte Mudéjar.
Asimismo es importante mencionar la iglesia de San Andrés, también cercana al baluarte donde destacan los frescos murales de estilo mudéjar en su interior, y la iglesia de San Esteban, junto al barrio judío que data del siglo XII y que cuenta en su ábside con la decoración “más representativa, elegante y decorada del mudéjar”. Este templo además alberga en su interior cuatro sepulcros gótico-mudéjares decorados con yeserías de arabescos del siglo XV y XVI.
2. Un castillo y una muralla con vistas al "Mar de Pinares"
En toque medieval lo culmina la fortaleza y triple muralla situados en la parte alta de la villa. El castillo de los Duques de Albuquerque es todo un símbolo de Cuéllar, declarado Monumento Nacional en 1931. Entre su manifiesta historia destaca el haber sido sede para la celebración de las Cortes del Reino en 1297 y residencia puntual del rey Juan I de Castilla. Posteriormente fue comprado por Enrique IV de Castilla para entregárselo a su leal valido Beltrán de la Cueva, a cuyos descendientes pertenece en la actualidad. La fortaleza es de planta rectangular, con cuatro torreones en cada una de sus esquinas y un patio de columnas con doble galería. En su interior se encuentran diferentes salones decorados con artísticas techumbres y artesonados con vigas talladas.
Del Castillo nace la muralla de origen románica, que por su longitud representa una de los recintos amurallados más importantes del país. Pero sobre todo comprende uno de los atractivos del pueblo por la posibilidad de pasear por su adarve y disfrutar de una increíble panorámica de la Villa de Cuéllar y del famoso “Mar de Pinares” segoviano.
El bastión además cuenta con unas visitas teatralizadas, donde unos actores vestidos de nobles, criados, reyes u obispos nos relatan las historias que cuentan sus muros de piedra. Para más información sobre estas visitas, pincha aquí
3. Los curiosos contrafuertes de la iglesia de El Salvador
Situada extramuros de la ciudad, en uno de sus arrabales, se levanta la iglesia de El Salvador de estilo románico-mudéjar, cuya fábrica data del siglo XII, aunque como muchas de las iglesias cuellaranas, sufrió una reforma barroca que le dio la forma que actualmente podemos ver. Esta transformación modificó la primitiva cubierta mudéjar por una de cañón de yesería, y la bóveda románica de la cabecera fue reemplazada por una cúpula de gran peso.
Este peso añadido obligó a construir cuatro contrafuertes similares a los arbotantes góticos que sujetan el ábside y estabilizan la estructura de todo el templo, que además cuenta con la más esbelta torre de Cuéllar, una gesta que le añade todavía mayor atractivo.
4. Rutas y lugares de interés cerca de Cuéllar
El famoso Monasterio del Henar, donde muchos han pasado una pequeña parte de su infancia, el Mar de Pinares, inmejorable para buscar esos esquivos níscalos en un lluvioso Otoño, o también, en esa misma estación, la denominada “Ruta de los Pescadores” a la vera del río Cega, cuya flora de ribera se tiñe de esos colores otoñales que tanto gustan.
Otra extensión de agua, pero de mayor tamaño la podemos encontrar en El Espadañal, una laguna a 6 kilómetros de Cuéllar donde podremos encontrar la más variada fauna de la comarca y donde se dan cita numerosas especies de aves migratorias y anfibios, así como cangrejos y pequeños peces que remontan el Cerquilla.
5. Los encierros más antiguos de España
Uno de los mayores orgullos de los cuellaranos a parte de su patrimonio material, son sus encierros de toros, los más antiguos de España. Si bien es cierto que algunos documentos señalan los inicios desde el siglo XIII, no es hasta dos siglos después cuando el segundo Duque de Alburquerque otorga al Concejo unas ordenanzas municipales en 1499 en las que expresamente se habla del hecho.
En la actualidad, estos encierros tienen lugar a los ocho de cada mañana de los días de fiesta en Cuéllar (finales de agosto), el ganado sale de los Corrales, en la ribera del río Cega, y es conducido durante cinco kilómetros a través de los pinares, por un grupo de caballistas. En torno a las nueve y media de la mañana, llegan al casco urbano para realizar el encierro por un circuito de 1,5 Km hasta llegar a la plaza de toros. Poco antes y en la Plaza Mayor, se procede a la llamada “la Probadilla”, similar a una capea, en la cual los mozos hacen cortes al novillo.
Descubre más sobre su historia (pincha aquí)
Commentaires