Bajo el título de “Uno de los pueblos más bonitos de España”, Ciudad Rodrigo combina arte, historia, cultura, naturaleza y gastronomía para proponer al viajero una experiencia única. El Carnaval de Toro, el río Águeda o la Zona Arqueológica de Siega Verde (considerada Patrimonio Mundial de la UNESCO) constituyen tan solo algunos atractivos del municipio salmantino y su comarca.
Esta se encuentra situada en la esquina suroeste de Castilla y León, en una zona fronteriza con Portugal y Extremadura. Por lo tanto, es una base ideal para organizar visitas a lugares tan especiales como Salamanca, las Hurdes, los Arribes, la Sierra de Francia, Portugal o La Sierra de Gata.
Con una geografía peculiar y accidentada, formada por dehesas, robledales y bosques de ribera, ofrece un paisaje donde la naturaleza y la histórica se mezclan para crear el mejor decorado posible. Además, debido a su baja densidad de población, se enmarca como un lugar perfecto para realizar todo tipo de actividades sin aglomeraciones, disfrutando de la naturaleza y su patrimonio con tranquilidad y seguridad.
Precisamente por su situación estratégica, Ciudad Rodrigo se convirtió en la Edad Media en una ciudad muy deseada por las poblaciones que habitaban la península en aquella época. Por lo tanto, puede presumir de ser una de las ciudades más antiguas de España, debido a que ya existía en la época de los romanos, cuando se conocía como Miróbriga.
A pesar de su tamaño, este municipio charro cuenta con muchísimo patrimonio monumental que ver y visitar. A continuación, te dejamos una lista de lo más destacable:
Qué ver de Ciudad Rodrigo
Arquitectura civil
Arquitectura militar
Arquitectura religiosa
Tres Columnas
Este conjunto de la época romana se encarga de dar la bienvenida al visitante. En la base se puede observar una inscripción de término Augustal y en los últimos años ha tenido diferentes emplazamientos, como la Plaza Mayor o el Campo de Toledo, hasta ocupar el acceso principal a la ciudad desde 1973.
Ayuntamiento y Plaza Mayor
Su Plaza Mayor, al igual que la de cualquier pueblo o ciudad, es el centro de la vida mirobrigense, ya que todo sucede a su alrededor. Antiguamente tenía aún más funciones: era el lugar de celebración del mercado, allí se reunían los escribanos y se situaba una de las iglesias principales de la ciudad, dedicada a San Juan, donde en un primer momento se reunía el Consistorio, aunque más tarde se trasladaron al Ayuntamiento, elegante edificio que hoy sigue presidiendo la Plaza.
La Plaza Mayor se completa con otros edificios interesantes, como el de la Antigua Audiencia Real o el Palacio del Primer Marqués de Cerralbo, del siglo XVI, con tres plantas, una decoración plateresca y columnas encastradas en sus esquinas. El edificio lo corona una elegante balaustrada.
Palacio de los Águila
Construido en el siglo XVI bajo la demanda de Don Antonio del Águila, destaca su impresionante portada exterior renacentista con enormes dovelas. En su interior se puede observar un precioso patio plateresco de dos plantas y actualmente algunas de sus estancias se han convertido en salas de exposiciones. Además, es un espacio cultural y expositivo que ofrece diferentes posibilidades, imprescindible de visitar.
Casa de los Vázquez
Mandada construir en el siglo XV por Francisco Vázquez, llama la atención su original portada en ángulo, sobre la que se puede observar el escudo familiar de los Vázquez colocado de forma inclinada (como es habitual ver en muchos de los palacios de Ciudad Rodrigo) y enmarcada en alfiz. En su interior destacan la escalera de acceso a la planta alta y el maravilloso artesonado. Perteneció al Buen Alcalde, quien realizó una importante restauración a principios del siglo XX, colocando la azulejería sevillana que podemos observar en la actualidad y que responde al gusto del nombrado propietario. Desde 1944 el edificio es la sede de la Oficina de Correos de la ciudad.
Palacio de la Marquesa de Cartago
Este edificio se puso en pie dos siglos atrás bajo el mando de doña Concepción Narváez y del Águila, Marquesa de Cartago.
De estilo neogótico y clara influencia italiana, sobresale el dintel de la puerta con la representación de los escudos de Narváez y Águila, custodiados por dos reyes de armas. Tampoco se puede olvidar la ventana esquina con forma de garita y la decoración de las ventanas del Palacio.
Palacio de los Ávila y Tiedra o de Montarco
Con una fachada realizada en una perfecta sillería, donde destacan las ventanas de la planta noble y su portada, con sus enormes dovelas enmarcadas por alfiz y flanqueadas por 2 columnas retorcidas, sobre las que reposan dos leones que otorgan una gran originalidad a su conjunto arquitectónico.
Palacio del Conde de Alba de Yeltes
Se construyó sobre otro Palacio del siglo XVI, construido también por la familia de los Nieto de Silva. De estilo barroco, destaca la puerta de acceso al edificio con un arco de medio punto flanqueado por dos columnas.
El Palacio ha tenido diferentes usos como cuartel, cuartel de inválidos y depósito de suministros, hasta que en la actualidad es sede de una sucursal bancaria.
Casa de la Cadena
Se comenzó a construir en el siglo XVI, cuando ocupaba toda la manzana, y se le conoce con el nombre de la cadena por la decoración que rodea todo el edificio. De la primitiva construcción se conserva la puerta de entrada. Posteriormente, se le agregaron varios añadidos, como las ventanas con adornos platerescos.
Paseo por el adarve de la muralla
El magnífico estado de conservación del doble sistema defensivo de la ciudad es sin duda uno de sus grandes valores.
Construida la cerca medieval en el siglo XII, aún a día de hoy se puede recorrer íntegramente la longitud de su paseo de ronda, desde el cual podremos apreciar los añadidos del siglo XVIII, que fueron realizados para adaptar las defensas de la ciudad a los modernos sistemas abaluartados.
Alcázar Enrique II de Trastámara
Fue construido en la parte más inaccesible de Ciudad Rodrigo, la más alta, escarpada y junto al río, para cumplir con su cometido defensivo.
Data de finales del siglo XIV y en él destaca su torre del homenaje, de tres pisos y visitable desde el interior del edificio. Desde el año 1931 es Parador Nacional, siendo por tanto uno de los más antiguos.
Cuartel de Artillería
La edificación que albergó el antiguo cuartel de artillería se construyó en el siglo XVIII para guardar el armamento, aunque en la Guerra de la Independencia también fue utilizado como residencia de las tropas. De estilo barroco, destaca al exterior su portada con el escudo real.
Catedral de Ciudad Rodrigo
Dedicada a Nuestra Señora de Santa María, su construcción se remonta al siglo XII, con un estilo románico de transición al gótico. Consta de planta de cruz latina, con tres naves y crucero. Se puede acceder al templo a través de tres portadas: En el lado norte la Portada del Enlosado (SXIII), con un bello rosetón cubierto por un arco lobulado en su parte superior; En la parte meridional la Portada de las Cadenas, donde destaca un arco de medio punto con tres arquivoltas y sobre las que se puede admirar cinco esculturas datadas en el año 1200 que representan a Jesús rodeado de San Juan, San Pedro, San Pablo y Santiago; Finalmente, en la portada occidental se puede observar la Torre de las Campanas (con numerosos impactos de la Guerra de la Independencia) que se eleva sobre el Pórtico del Perdón.
En su interior destaca un impresionante Coro y el Claustro, que forma un cuadrado casi perfecto. También se puede subir a la torre a través de sus más de cien escalones.
Iglesia de San Pedro y San Isidoro
Llama la atención por su mezcla de estilos arquitectónicos, destacando el románico – mudéjar, que no es fácil de encontrar en esta zona y que pertenece a la primera etapa de construcción de la misma. Esto se puede ver en el ábside y en una parte del muro norte, en el que también se aprecia un arco románico con decoración floral.
En el siglo XVI, Francisco Vázquez ordenó la restauración del edificio para convertirlo en su panteón familiar. 200 años más tarde sufrió nuevas modificaciones como consecuencia del Terremoto de Lisboa. En su interior destaca la talla del Cristo de la Expiración, que procesiona durante la Semana Santa mirobrigense.
Iglesia del Sagrario o Capilla de Cerralbo
La mandó construir el Cardenal Francisco de Pacheco y Toledo tras no obtener permiso para poder realizar su capilla funeraria en la Catedral.
Es de estilo herreriano y tiene planta de cruz latina con una sola nave. En el exterior, donde también se pueden observar dos escudos del Cardenal realizados en mármol de Carrara, destaca una maravillosa cúpula y su linterna.
El edificio albergó durante la Guerra de la independencia un polvorín del ejército francés que explotó en 1818. Por ello la iglesia sufrió una gran rehabilitación en 1889.
Restos del Convento de San Francisco
Cuenta la tradición que San Francisco estuvo en Ciudad Rodrigo en el año 1214, alojándose en el convento de San Gil. Tras volver a Italia, el santo mandó a dos franciscanos ir hasta Ciudad Rodrigo para fundar un convento en el mismo lugar donde estaba situado el convento en el que se alojó durante su estancia. Aunque fue un edificio de grandes dimensiones, en la actualidad solo queda en pie la capilla de los Centenos y de los Águilas.
Hospital de la Pasión
Está localizado en el emplazamiento en el que se encontraba la sinagoga de la ciudad. El terreno fue donado por los Reyes Católicos para su construcción tras expulsar a los judíos de Ciudad Rodrigo en 1492. Exteriormente destaca la puerta de acceso realizada por Juan de Sagarvinaga en un estilo neoclásico. El interior contiene ver varias obras de gran riqueza escultórica, como el Cristo crucificado de Lucas Mitata y la talla en marfil de la Virgen de Buen Suceso. También es digno de admirar el buen estado del suelo, que perteneció a la sinagoga original. Este edificio hoy es parte de una residencia de ancianos.
Iglesia de San Agustín
Se construyó bajo la orden de la familia Chaves para emplazar su panteón familiar. Realizada en una mezcla de estilos gótico y renacentista, destaca en su parte externa la puerta de acceso, formada por un arco de medio punto sobre el que se sitúa la talla de San Agustín. La iglesia cuenta con una sola nave y en la bóveda se puede apreciar el escudo con las llaves de sus dueños. En la actualidad, la iglesia es la Capilla del Colegio de Santa Teresa de Jesús.
Rutas cercanas
Visita a la Zona Arqueológica de Siega Verde
La Zona Arqueológica de Siega Verde es una excursión ideal para una mañana o una tarde. Declarado Patrimonio de la Humanidad en 2010, es una de las muestras de arte rupestre al aire libre más importante de Europa.
Está ubicado en las márgenes del río Águeda, cerca del Puente de la Unión. A menos de 20 Km de Ciudad Rodrigo en dirección noroeste. Solo está permitida su visita guiada, a través de la cual se pueden ver multitud de animales grabados en roca con diferentes técnicas y que, junto a las explícitas explicaciones de las guías y la visita al centro de interpretación, ayudarán al visitante a comprender y contextualizar mejor todo lo que se observa.
Además, para los amantes del senderismo, esta visita se puede complementar con alguna ruta desde Saelices el Chico o desde Castillejo Martin Viejo hacia el río Águeda. Los 15 km de río que hay desde Ciudad Rodrigo a la Zoma Arqueológica de Siega Verde son espectaculares a nivel natural, aunque hay que tener cuidado porque en algunos momentos es necesario ir campo a través. Una visita ideal para toda la familia y en cualquier época del año.
Ruta al Castro de Irueña
El Castro de Irueña es un destino ideal para disfrutar de un día de naturaleza, arte e historia en un lugar cargado de reminiscencias mágicas. Al lado del castro hay un merendero con una barbacoa donde es posible descansar y reponer fuerzas.
Pero, ¿qué es el castro? Consiste en un antiguo asentamiento fortificado Vetón, posteriormente habitado por romanos y con ocupación intermitente hasta la Baja Edad Media. Con casi 15 hectáreas, se sitúa flanqueado en dos de sus lados por el río Águeda y el arroyo Rolloso, que ayudaban en su defensa.
¿Cómo llegar? Saliendo por la carretera CL-526 en dirección Puerto de Perales / Cáceres, tras aproximadamente 10 Km, se encuentra El Bodón, donde hay que girar a la derecha, en dirección Fuenteguinaldo. Dicho municipio es de parada obligatoria, ya que cuenta con una imponente iglesia y la casa que fue cuartel general de Lord Wellintong, en la guerra de la Independencia. Desde aquí, esta señalizado cómo entrar en el aparcamiento, en la base del castro. Una vez allí, se puede seguir un recorrido de unos 2 kilómetros.
Camino del Molino Carbonero
Aguas abajo de Ciudad Rodrigo, el Río Águeda se ensancha en varios brazos, bien arropado por el bosque de ribera, ofreciendo buenas vistas de la ciudad amurallada. Es un paseo sombreado por riberas generosas en biodiversidad, que parte junto a la depuradora de Ciudad Rodrigo y sigue por el margen derecho del río Águeda. Este modesto río, con crecidas periódicas, forma islas entre frondosos bosques de ribera de alisos, fresnos y sauces, entre otras especies. Además, estos paisajes están frecuentados por la nutria y la cigüeña negra, con remansos colonizados por nenúfares y tramos donde afloran las rocas areniscas, típicas del valle.
El Molino Carbonero, hoy en ruinas, aparece ya en textos del siglo XVIII. En las cercanías se hallaron algunas de las huellas humanas más antiguas de la comarca y útiles tallados en el Paleolítico inferior, hace cientos de miles de años. La isla que se extiende junto al molino es ya uno de los últimos remansos del Águeda, que unos kilómetros más abajo vuelve a encajarse entre laderas rocosas, más allá del Puente Almariego, por donde cruza la vía del ferrocarril.
La ruta tiene una distancia aproximada de 8,6 kilómetros y puede realizarse durante todo el año sin dificultad, a excepción de las épocas de crecidas del río.
Ruta de las Huellas Fósiles de Monsagro
Monsagro se encuentra a orillas del río Agadón, en el Parque Natural de Las Batuecas–Sierra de Francia y forma parte de la Reserva de la Biosfera de las sierras de Béjar y de Francia. Además, está considerado el primer refugio en las faldas de la gran montaña presidido por el Santuario de la Peña de Francia.
Dentro de la localidad de Monsagro, se puede acceder a la Ruta de las Huellas Fósiles, un itinerario urbano que explica las huellas de distintos organismos de hace 450 millones de años, visibles en las rocas que adornan las calles, casas y fuentes del municipio. Esto se debe a que, en aquella época, un océano cubría gran parte de la Península Ibérica, situada en el Polo Sur. En ese mar de aguas poco profundas vivían distintos organismos, como los trilobites, ya desaparecidos, gusanos y otras especies, cuyos rastros quedaron grabados en los fondos marinos arenosos que orogenias posteriores transformaron en las cuarcitas.
Además, Monsagro ofrece otras interesantes propuestas, como el Museo Etnográfico de la Cultura Tradicional y de la Caza, las antiguas eras levantadas sobre muros o el recoleto puente de la Yunta. Por último, resulta Imprescindible subir a la Peña de Francia, Santuario de la Virgen Negra y admirar desde su espléndido mirador, a 1.723 metros de altura, las vistas que ofrece toda Salamanca.
Gastronomía
La gastronomía mirobrigense destaca por su riqueza en la variedad de platos y recetas basados en los productos autóctonos: garbanzos, alubias, patatas y cebollas. Sin que falten los artículos de las huertas de las zonas ribereñas: tomates, ajos, lechugas y pimientos.
Entre sus carnes, sobresale el cerdo ibérico, ya que de él se obtienen unos embutidos y jamones de primerísima calidad que poco a poco están siendo reconocidos como se merecen. Su obtención doméstica conlleva todo un ritual: la matanza. Expertos en la cocina de aprovechamiento, como se hace con los "menudos" del cordero para la elaboración de la chanfaina, no se olvidan de platos tan castellanos como el tostón asado en horno de leña, las patatas "meneás" y el famoso hornazo salmantino, toda una institución gastronómica en nuestro país.
Sin duda, una de las cosas que hay que descubrir es el farinato: un embutido de pan, manteca de cerdo ibérico y pimentón. De hecho, se encuentra tan arraigado que los habitantes de Ciudad Rodrigo se hacen llamar también farinatos. Como colofón final, tampoco hay que dejar de lado los postres típicos de la zona, como los repelaos de La Bouza y Puerto Seguro, el bollo maimón o rosca, las obleas, natillas caseras o las perronillas (pastas a las que se les suele añadir licor y alguna especia).
Todos estos productos y platos pueden ser degustados acompañados de un buen vino de las Arribes del Duero, de la Sierra de Francia o de la Sierra de Gata cacereña.
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