Hay algo en lo que están de acuerdo todos los vecinos de Ortigosa de Pestaño, incluidos los que componen el Ayuntamiento: desde el pasado viernes 13 de septiembre el ambiente del pueblo ha cambiado drásticamente. Ese mismo día por la mañana, en cuanto llegó por sorpresa la maquinaria para convertir en escombros su estación de ferrocarril abandonada, la tranquilidad de esta localidad segoviana mutó a una calma tensa, a la espera de escribir un capítulo en su historia que puede ser desastroso o victorioso.
Son muchos los años de desidia que han llevado a la estación a esta situación. Comenzó con la suspensión de la línea férrea en 1993 por falta de rentabilidad, lo que cerró para siempre sus taquillas; y continuó después con más de 30 años de abandono por parte de las administraciones que han conducido a que finalmente la terminal fuera declarada ruina por parte del Ayuntamiento.
Una declaración que obliga a la propietaria del edificio, Adif, a ordenar su derribo, tal y como ha confirmado este lunes el ministro de Transportes, Óscar Puente. “El Ayuntamiento declaró en ruina la estación y, salvo que hubiese rectificación por su parte, Adif está obligado a demolerla” ha declarado Puente. “La estación es muy bonita y tiene su valor. Sería una pena tener que derribarla, pero la decisión está en manos del Ayuntamiento y estamos hablando con ellos”, ha añadido.
Unas palabras las del ministro que pasan la patata caliente al Ayuntamiento, que de momento mantiene el silencio. "No sabemos nada del Ayuntamiento. No se ha visto a la alcaldesa por el pueblo desde el domingo", señala María Miguelsanz, vecina del pueblo que junto a su hermana Guadalupe impidieron el derribo al interponerse entre las máquinas y el edificio. "Cada vez que pienso en ese momento, cómo me metí ahí en medio... No sé cómo paso, es algo instintivo, que te sale de dentro", relata.
Un acto que salvó a la estación y que de momento mantiene al vecindario en guardia a la espera de que alguien dé el siguiente paso, pues las máquinas aún están posicionadas cerca del edificio. "Cada diez minutos bajamos a ver cómo está la estación y si oímos un ruido salimos a la puerta", explica María, que espera que quien pueda frenar "esta pesadilla" lo haga, ya sea Adif o el consistorio de Ortigosa. "Si la demolición se reinicia volveremos a ponernos en medio, y si hay que encadenarse, lo haremos", sentencia.
Una pasión la de María, que se entiende cuando comprendes el significado que tiene para ella y su hermana este edificio ferroviario. Su familia estuvo vinculada fuertemente a ella, pues fue su abuelo quien regentó uno de los cuatro establecimientos hosteleros que nacieron al amparo de la llegada del ferrocarril a la localidad.
"Pretender su demolición completa es un absurdo"
Otro hijo del pueblo que también se ha volcado para salvar la antigua terminal, es Alfredo Llorente Álvarez, un arquitecto que tras personarse el domingo 15 de septiembre en el pueblo, elaboró un informe sobre la situación de la construcción centenaria. Señala en dicha evaluación que la mayoría de las dependencias del inmueble presentan un "estado aparentemente de ruina inminente", pero que los muros de la fachada y el resto de los muros de carga del edificio, "aunque están deteriorados, no han perdido su capacidad portante, ni su estabilidad". Lo mismo describe de la cubierta que, aunque en una zona puntual se ha desplomado, "no quiere decir que el resto del edificio esté en peligro de ruina inminente".
Por eso califica de "actuación infundada" y de "absurdo" pretender su demolición completa. Además reprocha que esta decisión es "una postura fácil y carente del más mínimo sentido del respeto hacia los edificios que conforman la historia y el recuerdo de nuestros pueblos y de nuestros antepasados".
Igualmente, Llorente Álvarez pone de manifiesto que hay restos de uralita en zonas de la obra. "Para poder iniciar el derribo se ha de eliminar previamente este material, y para ello se ha de contratar una empresa autorizada", advierte. A eso habría que añadirle, según el arquitecto, que no hay constancia de que se haya concedido y pagado la licencia de obras para ejecutar la demolición.
Un gran apoyo recibido
Una de las mayores sorpresas, para bien, que han tenido los vecinos de Ortigosa de Pestaño, ha sido el apoyo recibido en su contienda. Desde que las dos hermanas Miguelsanz dieron aviso por los grupos de WhatsApp formados por vecinos e hijos del pueblo, la noticia se ha extendido por toda la comarca. De hecho, al paseo “consciente y respetuoso", que celebraron el pasado sábado por la tarde para mostrar su oposición al derribo, asistieron más de un centenar de personas, muchas de pueblos vecinos.
Pero rápidamente su historia se extendió por las redes sociales, donde la indignación por la noticia y el ánimo para los vecinos ha sido el denominador común. De hecho, fueron las redes la vía por la que el ministro de Transportes, Óscar Puente, se enteró de los hechos, y que le llevó a preguntar al secretario de Estado por qué se demolía la estación.
Veremos lo que ocurre en los siguientes días y si tiene un final feliz esta historia. De momento ya hay algún proyecto sobre la mesa para rehabilitar y dar un uso a este edificio si se mantiene en pie. Uno de los que más fuerza está cobrando es su reconversión en un Centro de Interpretación de la Vía Verde. Una idea que nace del Centro de Iniciativas Turísticas de la Campiña Segoviana para aprovechar la Vía Verde del Valle de Eresma. Se trata de un camino de senderismo que ha sustituido al trazado del ferrocarril de esta vieja línea Segovia-Medina del Campo que, por cierto, también pasa por otra estación de ferrocarril en ruinas, la de Yanguas de Eresma.
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