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Foto del escritorDaniel González

La eterna lucha contra el olvido del folklore castellano

Cuando se habla de folklore castellano, todos asocian su significado con las clásicas jotas donde unos personajes bailan  con los brazos por encima de la cabeza tocando castañuelas y saltando con una cierta armonía.


Pero muy pocos conocen que detrás de todo aquello hay una historia desafortunada, donde a punto de olvidarse las tradiciones que entraña cada tierra, se pasó  durante el franquismo a una revitalización del folklore, donde las danzas, las canciones y los trajes locales se distorsionaron y mistificaron y fructificaron en un repertorio homogéneo.


La Sección Femenina y la difusión del folklore


La Sección Femenina era la rama de mujeres de la Falange Española que fue organizada en 1934 con el papel fundamental de reformular un modelo femenino definido por el ideario del patriarcado nacional católico  y extenderlo por España. Aunque contó con numerosas funciones durante todo el franquismo, la difusión de las tradiciones regionales fue uno de los más representativos, pues dio comienzo a la creación de numerosos grupos de coros y danzas por toda  España y organizó concursos donde se competían a nivel provincial, regional y nacional.


“Se implantó la idea en la población de que las danzas tradicionales eran cosas únicamente de mujeres, cuando en realidad antiguamente las danzas eran mixtas”

La Sección Femenina recopiló localidad a localidad las canciones populares y las reconstruyó según las normas que dictaba la organización a las instructoras de cada región. De esta forma los grupos que se fueron creando durante esta época asimilaron las danzas que habían sido adaptadas, perdiendo su valor original y mezclando en ocasiones tipologías de varias localidades, uniformando el folklore a nivel provincial y destruyendo las distinciones que había entre las localidades. Un hecho que afectó tanto a las canciones y danzas populares, como a los trajes regionales, que hoy es una recopilación de vestimentas locales.


Foto: http://www.pilaricaaf.com/

A esto habría que añadir las modificaciones o eliminaciones de las letras de muchas canciones populares que difundían unos valores anticlericales o inmorales, así como la percepción que se implantó en la población de que las danzas tradicionales eran cosas únicamente de mujeres, cuando en realidad antiguamente las danzas eran mixtas. Un pensamiento que curiosamente parece haberse extendió hasta la actualidad, donde la proporción de hombres frente a mujeres en los grupos folklóricos sigue siendo bastante irrisoria.

“Luces y sombras de un franquismo que ofreció al folklore castellano una nueva oportunidad pero al mismo tiempo mancilló su castiza estampa”

A pesar de todo, gracias a la promoción que la Sección Femenina ejerció sobre el folklore castellano se evitó su extinción, pues en la época prefranquista las danzas castellanas estaban al borde de la desaparición cuando la mayoría de estas tradiciones solo persistían en la pensamiento de los más ancianos del pueblo. Así, durante el franquismo el folklore castellano viviría su época más esplendorosa, cuya labor todavía se mantiene en el presente con los grupos de coros y danzas que se crearon durante esa época y que hoy continúan enseñando a nuevas generaciones el folklore reconstruido de su tierra.


Observamos de este modo que durante los años de la dictadura, el folklore fue utilizado como arma política con el fin de promocionar los tipismos de cada región y motivar las emociones y sensibilización hacia lo regional y nacional, y evitar de este modo la introducción de otros bailes y música extranjeros que podrían difundir mensajes inmorales en la población.


Los enemigos del Folklore, los propios castellanos


Luces y sombras de un franquismo que ofreció al folklore castellano una nueva oportunidad pero al mismo tiempo mancilló su castiza estampa. Independientemente de lo ejercido durante esos tiempos, hoy vemos una realidad muy distinta. Vemos como lentamente el folklore se va enterrando en la tierra donde nació, mientras que otros bailes foráneos se introducen con fuerza y van ganando presencia en los escenarios de Castilla y León.


No es cuestión de menospreciar otras culturas, sino de fijarse en la fotografía actual, donde los bailes flamencos o la famosa danza del vientre llenan salones de actos, mientras que las danzas castellanas en sus muchas variedades pierden visibilidad hasta tal punto que uno tiene que sentir vergüenza por defender y sentir un folklore que muchos deciden ignorar.


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XXI Encuentro Provincial de Folklore organizado en Peñafiel por la Diputación de Valladolid.

Vemos como cada año la Diputación de Valladolid organiza un evento donde cerca de 40 grupos y 600 danzantes de toda la provincia bailan confinados en un centro polideportivo de algún pueblo las danzas más populares de cada lugar, y a duras penas se llena la grada de ese pequeño polideportivo, que para más inri en su mayor parte son familiares de los danzantes.


Se debe reflexionar y hacer autocrítica sobre una realidad que nos afecta a todos como cultura, tanto las instituciones que entre sus obligaciones está la de promocionar de otro modo el folklore, como de los grupos de coros y danzas castellanos que tendremos que estimular aun más esta rica cultura y revisar los errores que se hayan podido cometer para que no vuelva a ocurrir lo que un pasado se hizo y perder la poca identidad que sobrevivió de aquellos años.


Pero el papel más importante lo tendrán todos los castellanos. Cada vez que unos padres deciden meter a sus hijos en escuelas de flamenco en Castilla y León, el folklore de Castilla y León perderá un poco de su futuro; cada vez que un chico se avergüence de bailar jotas por ser demasiado femenino o por presión social, el folklore perderá variedad y visibilidad; cada vez que alguien se burle y defienda la gran mentira de que el folklore castellano es aburrido y demasiado sobrio, la mentira se convertirá en verdad, pues ya no habrá nadie quien decida perder su tiempo en un folklore que parece destinado a ser despreciado. Pero, mientras esto ocurre, seguirá habiendo personas que cada semana se enorgullezcan de bailar, cantar y vestir el alma de su tierra, que a fin de cuentas, no deja de ser la esencia de todo folklore.


Más información sobre el folklore de Castilla y León y su repertorio en pilaricaaf.com


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