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Foto del escritorRaquel González

Santa María de Valbuena, belleza cisterciense en la ribera del río Duero

Nuestra provincia guarda valiosos tesoros en su interior. Eso es un hecho indiscutible, que llevamos comprobando durante más de 3 años y medio. Pero algunas veces ni siquiera somos conscientes de la existencia de ellos. Y de repente, cuando uno menos se lo espera, se encuentra con un edificio señorial, imponente, majestuoso, elegante. Un templo totalmente diferente a los que estamos acostumbrados.


Monasterio de Valbuena de Duero
Monasterio de Santa María de Valbuena. Foto: EnPueblo

El Monasterio de Santa María de Valbuena se encuentra en la pedanía de San Bernardo, perteneciente al municipio de Valbuena de Duero. Fundado en el siglo XII por Estefanía Ermengol, nieta del conde Ansúrez, recibió a sus primeros monjes de la abadía francesa de Berdona (Berdoues en francés) pocos años después de su construcción.  Constituyó una de las primeras fundaciones cistercienses que tuvieron lugar a lo largo de la Comunidad de Castilla y León y de ella saldrían monjes encargados de regentar y repoblar nuevas fundaciones.


Desde su fundación, el monasterio gozó de una serie de privilegios por parte del Papa, de los reyes y de muchos nobles, además de sustanciosas donaciones. Todo esto, sumado a la buena administración de los bienes y propiedades, contribuyó a su desarrollo y prosperidad. Ya en el siglo XV, cambió su nombre a monasterio de San Bernardo de Valbuena, tras la reforma española de la Congregación de Castilla, llevada a cabo por Martín de Vargas y por la cual la congregación pasó a depender del monasterio de Poblet.


Posteriormente, sufrió una constante decadencia, hasta que en el siglo XIX desapareció como monasterio con la famosa Desamortización de Mendizábal, poniéndose a la venta todas las dependencias, salvo la iglesia, que continuó con sus funciones religiosas. El templo fue pasando por distintas manos particulares, hasta que, en 1950, el Instituto Nacional de Colonización lo compró para realizar el proyecto de instalar un poblado con 84 colonos de Las Alcarria, procedentes del pueblo de Santa María de Poyos, anteriormente inundado por el embalse de Buendía. Años más tarde, el arzobispado vallisoletano adquirió la propiedad de los edificios monacales, los cuales cedió para que sirvieran como sede a la nueva Fundación de las Edades del Hombre en 1990. Para ello, se llevó a cabo una gran obra de restauración y remodelación.


Monasterio Santa María Valbuena
Entrada Monasterio de Santa María de Valbuena

A pesar de su larga e interesante historia, tampoco hay que olvidar su imponente arquitectura. El conjunto monástico constaba, en un principio, de iglesia, claustro, hospedería, dormitorios, zona de conversos y todos los demás departamentos propios de un monasterio cisterciense. La Iglesia está construida en piedra y presenta poca altura, con tres naves y crucero con cimborrio octogonal. En el interior destaca el coro del siglo XVI de estilo plateresco rural y pinturas murales del siglo XIII. La autoría del altar mayor pertenece a la escuela vallisoletana, mientras que en otros altares dedicados a diferentes santos se pueden observar relieves de Gregorio Fernández.


Monasterio de Valbuena
Claustro del Monasterio de Valbuena

Hoy en día, se puede visitar tanto la Iglesia, como el monasterio. Un amplio recorrido por sus instalaciones permite al forastero conocer la vida de sus antiguos inquilinos y disfrutar del arte presente en todos sus rincones, con más de 800 años de antigüedad. Llama la atención su buena conservación y  la convivencia de diferentes estilos, tanto en su arquitectura externa, como en su interior.


En definitiva, el Monasterio de Santa María de Valbuena constituye, en su conjunto, una verdadera joya arquitectónica capaz de dejar al visitante sin palabras. Y es que, en ocasiones merece la pena hacer un alto en el camino, bajar del coche, disfrutar de los grandes tesoros de nuestra provincia y dejarse llevar por la historia de una Castilla que no deja de sorprendernos.

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