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  • Foto del escritorNoelia Tadeo

La belleza palentina desde Cervera de Pisuerga

La Montaña Palentina ya ha sido protagonista de innumerables informaciones, pero esta vez, es su corazón el encargado de ostentar dicho puesto. Se trata de Cervera de Pisuerga, la más pequeña de las tres villas que articulan esta formación montañosa, junto con Guardo y Aguilar.


Cervera de Pisuerga
Iglesia Santa María del Castillo. Foto: Ayuntamiento Cervera.

Esta localidad posee un carácter rural y tradicional debido a su antigua tradición ganadera, comercial y artesanal. Tal es su importancia que se erige como el centro vital del sector turístico de la comarca y se le considera un punto estratégico para adentrarse en “país de naturaleza virgen, con arte y con historia”. Son veinticuatro pueblos los que dan forma a Cervera, entre ellos Rabanal de los Caballeros, Valsadorín, Gramedo, Vañes y Rueda de Pisuerga. Se cree que el nombre del municipio deriva de Cervaria, en alusión al elevado número de ciervos que habitaban los bosques de la localidad.


En época de los romanos, Cervera fue un paso de tránsito, a través de la calzada que unía la Meseta con las tierras cántabras. Durante los siglos X y XI fue un importante núcleo político, además de alfoz y cabeza del territorio. Pero en el siglo XI sufrió una gran despoblación como consecuencia de la invasión musulmana. Más tarde, la repoblación se llevaría a cabo de la mano de dos monjes lebaniegos gracias a la anexión de sus monasterios.


La villa jugó un importante papel durante la Reconquista al participar en la conquista de Baeza en 1227. De tal hazaña provienen sus símbolos heráldicos y la concesión del rey Alfonso XI del apodo de “valor y lealtad” por el honor y la valentía mostrados por los soldado en la batalla del Salado.


Como no podía ser de otro modo, Cervera de Pisuerga goza de un rico patrimonio artístico, con la iglesia de Santa María del Castillo como monumento más representativo de la localidad, cuyo nombre proviene del Castillo de la Villa, edificio construido en el mismo emplazamiento con anterioridad. El templo gótico, del siglo XVI, domina la villa desde una colina a modo de vigía. Asimismo, en su interior alberga un altar mayor del escultor palentino Juan Gil del Barrio, junto con una talla del siglo XIII.


Cervera de Pisuerga nieve
Mirador de Cervera. Foto: Ayuntamiento

Un recorrido por las calles de la villa muestra las diferentes influencias arquitectónicas. La plaza Mayor, con sus soportales y columnas de piedras se corresponde con el modelo castellano, mientras que otros edificios se asemejan a la arquitectura cántabra. Colman el callejero las casas blasonadas, entre ellas la Casa de los leones. Pero no solo las edificaciones antiguas despiertan el interés de los turistas. La actual casa de cultura fue en su día el palacio de los Gil y la bolera municipal, un antiguo caserón del siglo XVI del que se conservan solo algunos elementos de la construcción.


Mientras tanto, entre los soportales cerveranos se observan capiteles de ornamentación exquisita, como los ubicados en la plaza de la Cruz, obra de Ángel Gómez de Iguanzo; o el de la plaza Mayor, datado de 1667. Tras ser declarada la localidad conjunto Histórico Artístico en 1983, no se puede abandonar Cervera sin visitar la ermita de la Cruz, de estilo barroco, y la ermita cueva de San Vicente, restos de un ermitorio rupestre.


Sus museos y espacios temáticos ponderan la belleza del lugar y ofrecen una alternativa turística, sobre todo para las visitas con los más pequeños de la casa. La Casa del Parque permite acercarse de manera rápida y didáctica al Parque Natural de la Montaña Palentina, mientras que el Museo Etnográfico de Piedad Isla recoge una colección de objetos de los pobladores de la zona. Para los amantes de la arquitectura y del mundo rural, no puede faltar en su recorrido una cita con la Casa de Cantarranas y con el Museo de Arquitectura y Etnografía Rural, enclavado en una casona del siglo XVIII.


Museo de Cervera de Pisuerga
Museo Etnográfico. Foto: Ayuntamiento Cervera.

Y, sin duda, los niños disfrutarán en el parque de aventuras ‘El robledal del oso’, situado en el interior de un bosque de roble y rebollo. Además de ser un “súper parque de aventuras” es un aula de naturaleza con programas educativos que acercan a los usuarios a la flora y la fauna de la zona. Es destacado también por tener un recorrido adaptado para las personas con movilidad reducida, tal como reza su cartel promocional.


Los más fiesteros deben apuntar en su calendario los días 15 y 16 de agosto, fechas en las que se celebran las festividades en honor a Nuestra Señora del Castillo y San Roque, respectivamente. Además, no pueden olvidar la Feria de Artesanía y Productos Agroalimentarios, celebrada el último fin de semana de julio.


La guinda del pastel la pondrá el almuerzo que se puede tomar en los diferentes mesones y restaurantes que posee Cervera de Pisuerga. Acompañaremos nuestro menú de carne de Cervera, embutidos artesanales y pondremos el toque dulce con los hojaldres de Uko, para despedir la villa con un buen sabor de boca.


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