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  • Foto del escritorRaquel González

Fuenteungrillo, restos de un pasado medieval

Dentro del municipio de Villalba de los Alcores se encuentra este despoblado, compuesto actualmente por ruinas correspondientes a una muralla, un castillo y su centro señorial, acompañados de varias iglesias.


Fuenteungrillo

La historia de esta antigua localidad se remonta al siglo XI, época en la que se estima que ya funcionaba como una pequeña aldea de repoblación. Aunque, en realidad, su aparición en la historia, no tuvo lugar hasta 1201, cuando Don Alfonso Téllez de Meneses dejó en heredad al Monasterio de Sahagún el lugar de Fuenteungrillo. Más tarde, los hijos del cortesano Nuño Nariz donaron “Fontes de Angrillos” a don Pedro Pelayo y a la Orden de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén.


A partir de 1285, el monasterio de Santa María de Matallana se hizo con todos los heredamientos de Fuenteungrillo y el feudalismo en dicha aldea se acentuó. Sus tierras, al encontrarse explotadas por dos señoríos distintos, entraron en declive. De esta manera, la despoblación de este núcleo medieval se produjo de forma paulatina durante el siglo XIV. Cien años más tarde, doña Inés de Guzmán, duquesa de Villalba, mandó derribar las casas que permanecían en pie y el palomar de Fuenteungrillo, propiedad de la abadía cisterciense.


Fuenteungrillo

Los estudios más recientes del poblado comienzan en los años 50, tras la ubicación por parte del profesor D. Federico Wattenberg del mítico oppidum vacceo de Tela en la antigua aldea medieval. Años más tarde, la coordinación entre los departamentos de Arqueología, Historia Medieval y Prehistoria, Antropología Social y Ciencias y Técnicas Historiográficas, procedieron a estudiar el lugar mediante la consulta del Archivo Histórico Nacional y de otros documentos secundarios, mientras se iniciaban las excavaciones arqueológicas.


De esta manera, en la década de los 80, la Universidad de Valladolid, en colaboración con la Diputación, realizaron una serie de campañas de excavación arqueológicas, encabezadas por el profesor D. Julio Valdeón Baruque y de Dña. Inmaculada Sáez Sáiz. Los resultados se difundieron en varias publicaciones especializadas, como ‘Historia 16’ o ‘Revista de Arqueología’. Aunque, su mayor logro lo consiguió tras su proclamación como Bien de Interés Cultural, fecha en la que se tomó conciencia de su importancia y de la necesidad de acondicionar el lugar para el turismo. Así, entre 1994 y 1996, se restauraron las diferentes estructuras que habían sido excavadas hasta el momento.


Hoy en día, si nos acercamos hasta el despoblado (a 4 kilómetros de Villalba de los Alcores), sí que podemos encontrar un lugar adaptado para la acogida de visitas. Si bien es cierto que este aspecto muestra cierto aire de abandono (el aparcamiento es prácticamente inexistente, los carteles se muestran ilegibles…), resulta muy interesante contemplar dicho enclave para percibir cómo era la forma de vida de una comunidad campesina en la Edad Media.

Fuenteungrillo
Fuenteungrillo. Foto: Enpueblo.

Fuenteungrillo también dispone de un Aula Arqueológica con paneles, maquetas e informaciones sonoras que intentan acercar al turista lo máximo posible a una época que sentimos muy lejana, pero que resultó esencial en nuestra historia. Eso sí, tanto las visitas guiadas, como el Aula, disponen de unos horarios muy limitados.


Lugares como Fuenteungrillo nos demuestran que nuestra provincia se encuentra repleta de grandes joyas correspondientes a una gran variedad de etapas históricas. Nuestro deber reside en saber apreciarlas y mantenerlas. Dice el refrán que para poder seguir hacia delante, hay que saber mirar atrás. Esto lo podemos aplicar a nuestro municipios, ya que, visitándolos podemos observar las grandes historias que existen detrás de cada pueblo, cada lugar o cada rincón. Solo dándonos cuenta de esto, seremos capaces de  cuidar nuestra tierra para que tenga el mejor futuro posible.



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