top of page
  • Foto del escritorPilar Martínez

El noble oficio del curtidor

Paseando por el pueblo, llegué hasta un lugar en el que ya había estado otras veces. Ese lugar siempre me hace recordar a alguien muy querido para mí; a mi abuelo Marcelo y su noble oficio de curtidor. Trabajó durante prácticamente toda su vida en el lavadero y las tenerías del pueblo palentino de Paredes de Nava curtiendo pieles  algo que alternaba con las labores del campo en eso que antaño se hacía llamar “ hacer la temporada”.


Tenerías de Cuéllar
Piletas de piedra de las tenerías de Cuéllar

En la casa de mis abuelos, encima de la trébede siempre había pieles de oveja curtidas sobre las que nos sentábamos. En invierno estaban calientes por la gloria que mi abuela tanto se afanaba siempre de avivar con leña. Ese confort rústico y de tacto de lana aún lo recuerdan mis sentidos.


Esas “ pellejas” de piel yo sabía que las había curtido mi abuelo y para mí eran algo normal de ver, tal vez para otros niños fueran algo extraño o incluso espeluznante, pero para mis primos y para mí era la prueba fehaciente del oficio al que se dedicó toda su vida nuestro abuelo Marcelo, aunque yo he de decir, con no poco pesar, que nunca le pregunté cómo se curtían esas pieles. Han tenido que pasar años, muchos años, para que quien hoy se detiene ante unas tenerías de otro pueblo algo distante del de sus abuelos, se haga esa y otras preguntas.


Sí, ahora voy a menudo “ Las tenerías de Cuéllar” y cada vez que me acercó hasta su jardín zen y veo las piletas de piedra y los carteles explicativos contando el proceso de lavado y curtido de pieles, mi memoria evoca  esas “ pellejas” sobre la trébede  y las manos de mi abuelo, ya anciano, curtidas por el tiempo y por el trabajo, e imagino cómo pudo ser su trabajo, cómo quizá se afanó hasta el cansancio para lavar pieles, rascarlas para despojarlas de restos de grasa y carne y luego someterlas al curtido y secado..


2016-02-14 12.33.15

Foto: Pilar Martínez Fernández


Hoy, si mi abuelo viviera, podría explicarme como nadie eso que ahora leo y veo en carteles explicativos. Hoy si viviera, sería un artesano de la piel y tal vez alguien le diría que fuera a un mercado medieval para vender sus pieles o podría despertar el interés de un medio que quisiera hacerle un reportaje para contar y explicar su noble oficio, y tal vez dijeran que era uno de los últimos curtidores artesanales que quedan…


Pero mi abuelo curtidor, como tantos otros abuelos de otros tantos nobles oficios, se llevaron consigo muchas de sus sabidurías artesanales y ahora, que muchos de nosotros estamos más receptivos ante las cosas de antaño, buscamos lugares donde se esté recuperando, o al menos, tratando de preservar, esos vestigios de viejos oficios.


Afortunadamente, en Cuéllar hay una especial inquietud y preocupación en conservar y a la vez instruir en el  curtido de pieles así como teñido de tejidos. Existen varios enclaves dentro del casco urbano que delatan la presencia de esta actividad en otro tiempo.


2016-02-14 12.35.03-1

Por estas tierras, se cultivaba la planta de “ la rubia” y “ el azafrán” utilizadas para el teñido de tejidos y que se hacía igualmente en piletas de piedras llenas de agua en las que se introducían las telas y las lanas para someterlas a los diferentes procesos del teñido.


Tanto el proceso de teñido como de encurtido, al parecer eran trabajos sucios que además desprendían mal olor, de ahí que al menos en Cuéllar existan dos puntos diferentes de actividad en este sentido; uno en la parte alta del pueblo, la tintorería,  y que seguramente en origen estaba fuera del pueblo para evitar sus malos efectos y que era donde se producía el teñido de tejidos y lanas , y otra en el otro extremo, también seguramente en aquellos días a las afueras del pueblo, donde se hacía el encurtido de pieles, las conocidas Tenerías.


Ambos vestigios se conservan en un estado más que aceptable permitiendo imaginar no sólo el proceso de ambas labores, sino también un modo de vida que mantuvo empleadas a hombres y mujeres en un tiempo que permitía vivir de lo que en la tierra se criaba.


Castilla y su tradición lanar y con ella, los oficios y los usos…ahora todo está industrializado y mecanizado, son otros tiempos, otras necesidades y otras demandas, pero no debemos obviar los orígenes en lo artesanal y manual pues los procesos, esencialmente, tienen su base en esos usos de antaño.


Mi abuelo Marcelo, curtidor de oficio, sabía de esto y también de la lana y sus usos pero…creo que mejor será dejarlo para otro día.

bottom of page