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  • Foto del escritorNoelia Tadeo

Villaviudas, entre los enigmas

A los pies del valle que excava el arroyo Prado, en la cuenca del río Pisuerga, encontramos un hermoso paraje conocido por el nombre de Villaviudas. Esta localidad de tan solo 37 kilómetros cuadrados,  alberga en su interior enormes curiosidades.


Iglesia de Villaviudas
Iglesia de Villaviudas. Foto: Ayuntamiento de Villaviudas

Cuenta la historia que su nombre deriva de un repoblador mozárabe llamado Vibdas. Es más, Alfonso VII cita literalmente en 1182 a la villa como “Villan Vidbas en valle Baltanás”. La tradición popular, en cambio, hace constar que el nombre es consecuencia de una batalla en la que murió un gran número de varones, por lo que el resultado fue una elevada cifra de mujeres viudas.


En los aledaños del pueblo se han hallado resto de una espada de la Edad de Bronce, lo que hace suponer que las referencias de ocupación humana de Villavuidas se remontan a la Prehistoria. En 1975 se localizaron restos de una villa romana, datada entre los siglos II y III, en los términos de separación con Reinoso de Cerrato. El hallazgo fue consecuencia de las labores de subsolación de unas fincas y ha permitido extraer dos mosaicos geométricos, escudos y un variado material cerámico junto con objetos de bronce.


Los villaviudenses tienen por costumbre celebrar el 7 de diciembre “La Tragantona”, una fiesta organizada por los miembros de la cofradía de Nuestra Señora de la Concepción. Durante el año 2009, la Asociación para la recuperación de la memoria histórica realizó trabajos de recuperación de los cuerpos de los fallecidos en la Guerra Civil Española. En la zona La Carcavilla, el antiguo cementerio de Palencia, se encontraron 5 vecinos de Villaviudas.


El primer punto de interés de la localidad lo pone la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción. El edificio data de los siglos XIII y XIV, pues a día de hoy se conservan tramos de bóvedas de dicha época. La actual fachada y la torre fueron construidas en otra época, exactamente en 1774 por Juan Charcán, maestro de cantería de Castrogeriz y Pedro González del Río. En el momento de su construcción estuvo dedicada a Santa María, pero fue en el siglo XVI cuando quedó bajo la advocación de Nuestra Señora de la Asunción.


Vísta general. Foto: Ayuntamiento de Villaviudas

Durante años, las bodegas formaron parte del patrimonio de Villaviudas. Estaban dedicadas a la elaboración y crianza del vino con las uvas de los majuelos del pueblo. Hoy en día esta tradición obrera ha desaparecido y son pocos los lagares que permanecen en pie. Actualmente, los vecinos dedican estas estancias a celebraciones particulares, aunque en ocasiones se festejan hechos típicos multitudinarios, como las “pascuas rosquilleras”.


Siempre se agradece poder dar un paseo y en este pueblo tenemos sus alrededores, bañados por el río Pisuerga. Esta tranquilizadora atmósfera se puede disfrutar en cualquier época del año. Antiguamente, Villaviudas contaba con una ermita dedicada a San Cristo de los Milagros, hoy desaparecida. Lo único que se conserva de ella es una imagen gótica que preside la parroquia.


Es imprescindible destacar dos momentos de fervor para los villaviudenses. Las fiestas patronales se celebran durante el mes de mayo, el día 15 en honor a San Isidro Labrador, y el 14 de septiembre, en honor a Cristo de los Milagros. Y como es de rigor, no podemos terminar la visita sin tomar un almuerzo, aunque sea caminando por la ribera del río.



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