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  • Foto del escritorJorge Urdiales

El tío Alfredo, de ruta con Delibes: Simancas

Esta es la primera vez que me hago las rutas de Delibes con mi tío Alfredo. Le comenté que tenía un coloquio en Simancas sobre Miguel Delibes y se apuntó. Su objetivo no era tanto el coloquio como continuar recorriendo los pueblos delibianos de Valladolid. Simancas estaba por descubrir.


Jorge Urdiales
Jorge Urdiales

A 10 kilómetros de Valladolid, la autovía nos llevó hasta el mismo Archivo General de Simancas. A la derecha del archivo han hecho un gran aparcamiento al que solo le faltan unos árboles que den sombra en estas épocas de verano adelantado. Al borde del archivo está la D de Delibes. Bien situada, trae una cita como todas las D de las rutas. Una cita curiosa, entrañable: “Todavía recuerdo a mi padre en las onduladas siembras de Simancas sacando grillos de sus huras cosquilleándoles con una paja”. El padre de Delibes, que tan serio nos lo pintó siempre su hijo, resulta que en el campo se transformaba. Era feliz entre grillos, codornices, perros de caza… La cita de Simancas está recogida de un libro que se llama Mi vida al aire libre, de 1989, el libro más simpático del escritor.


Mi tío Alfredo me hizo una foto con la D y yo no me di cuenta de hacerle una a él (o los dos juntos) con el monolito. Espero que haya otra ocasión. Rodeamos el archivo y nos dirigimos a la plaza del ayuntamiento. Me quedaban pocos minutos para el coloquio y antes tenía que saludar a las autoridades municipales y a los dos compañeros de coloquio, Elisa Delibes y José Antonio Quirce. Mi tío pasó un momento por ver el salón del ayuntamiento donde íbamos a tener el coloquio, pero enseguida se marchó a recorrer el pueblo.


Puente de Simancas.
Puente medieval de Simancas.

En hora y pico nos veríamos por la plaza. Yo me quedé en el salón hablando a los asistentes sobre la vida y obra del escritor y mi tío marchó calle abajo hasta que se encontró con el río Pisuerga, que recorre todo el término municipal. Desde el borde del río se ve todo el sur de Castilla hasta la Sierra de Guadarrama. Peñalara sería casi el último punta a vista del ojo humano. Un paisaje precioso en un día soleado como el que nos tocó en suerte.


Alfredo siguió con la mirada el cauce del Pisuerga porque sabe que antes de que acabe el término de Simancas se va a unir con el Duero. ¿Dónde se juntan el Duero y el Pisuerga? En Simancas. El pueblo tiene, por lo demás, muchas calles empedradas, en cuesta. No está la iglesia en todo lo alto, como es habitual en estas tierras de pan llevar. A Simancas lo corona su archivo, que fue primero castillo en el siglo XV y archivo ya en el XVI.


Archivo histórico de Simancas
Archivo histórico de Simancas en el castillo del pueblo.

Mientras que Elisa Delibes (hija del escritor), José Antonio Quirce y yo contábamos algunos secretos del escritor ante el público asistente al coloquio, Alfredo se sentó a la sobra en una terraza y se leyó el folleto de la 3ª Ruta de Delibes, en el que aparece Simancas. Los autores de las rutas han incluido para el pueblo al alcotán como ave y al rosal silvestre como planta. Y la palabra rural que asocian a Simancas es la de “descalzar”. Cierto es que hoy ya apenas se descalza a los cerdos porque escasean las matanzas. Pero en tiempos… Simancas fue un pueblo tan rural como Esguevillas, Villaco o Amusquillo.


Como diría el Lazarillo, no eran dadas las 19 horas cuando mi tío y yo montamos en el coche camino de Langayo. Tenía que dar allí una conferencia sobre Delibes y el trayecto no era corto. Quedaba atrás Simancas, el pueblo del archivo, el que te encuentras inevitablemente cuando vas de Valladolid a Tordesillas. Un pueblo con solera, con historia, con cultura y con río señorial, el Pisuerga, el que da el agua.


¿Qué ver de Simancas?



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