Para escribir todo lo que viene a continuación, he tenido que echar la vista atrás. ¡Qué recuerdos! Y es que mi vida siempre ha estado ligada al mundo rural.
Nací en un pequeño pueblo, a 38 kilómetros de Valladolid. Allí, en Olivares de Duero pasé apenas 5 años de mi vida. Por eso, creo justo no hablaros de lo poco que recuerdo de ese pueblo. Mis padres decidieron llevarnos a mí y a todos mis hermanos a un pueblo más cercano a Valladolid.
Cuando nos instalamos en Laguna de Duero, se encontraba de alcalde Pedro González, un hombre de mediana edad que afrontaba con ilusión un cargo bien importante. Hace poco recordé que éramos vecinos. ¡Qué casualidad! Podían llegar las tantas de la madrugada, que los chavales del pueblo seguíamos correteando por las calles. Y todos, jóvenes y mayores, nos conocíamos. ¡Por aquel entonces sí que era un pueblo!
Creo que todos los lagunenses, los nacidos y los no nacidos en Laguna de Duero por aquella época, tenemos que estar orgullosos. Pues a pesar del tiempo que ha pasado, los que ahora estáis, los que estuvieron y los que vendrán están orgullosos de Laguna de Duero.
Lourdes Melero
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