Cercano, honesto, hombre de palabra y resultados. Así es Valentín Cisneros Escribano, alcalde de Cogeces de Íscar, con quien estuvimos el día 10 de abril. En el año 1987, Cisneros ya se encontraba inmerso en el mundo de los cargos públicos siendo concejal; cuatro años más tarde fue elegido alcalde. Cogezano de nacimiento, quiso mejorar y mantener la calidad de vida de todos los ciudadanos.
“Las buenas experiencias al frente de cualquier proyecto son sacarlas siempre adelante”. De esta manera nos explicaba el alcalde que por ese motivo, salen adelante los vecinos, mejoran las condiciones de vida y sobre todo se cumplen expectativas. “No siempre agradas a todo el mundo” afirmaba Cisneros. Esa es su mala experiencia y esta su gran duda: saber qué hiciste mal para que salieran mal las cosas.
No es fácil intentar mantener la población en un pueblo pequeño como es Cogeces de Íscar. Pero al menos se debe incitar a la gente a que a pesar de ello, las ventajas son muy diferentes a las que ofrece la ciudad. “Con mejores comunicaciones y servicios que ayudan a que pueda ser más interesante vivir en el pueblo” apuntaba Valentín Cisneros.
La educación, por suerte no se ha visto afectada por la actual crisis económica. “La idea de mantener la escuela de un pueblo es fundamental” explicaba Cisneros. Actualmente, 9 niños inscritos en primaria que pasarán a ser 12 el curso que viene. Eso significará tener dos profesores titulados, más todos los profesores de apoyo. La sanidad va en la misma línea. “Tenemos un consultorio médico que se ha quedado pequeño”. Cogeces de Íscar vive un incremento de su población en verano, al pasar de 155 habitantes a unos 700.
Allí, como en la mayoría de pueblos castellanos, la principal actividad económica es la ganadería y la agricultura. “Cada vez la industria se ve más menguada, aunque hemos habilitado un área de 20 hectáreas para promover la industrialización” con ello Cisneros espera que sea una buena oportunidad para las empresas de cara al futuro.
Hay muchas tradiciones que se han perdido, como eran el Corpus Cristi o las carreras de gallo, realizadas por los quintos. Otras, como las religiosas se han mantenido. La fiesta del patrón del pueblo, San Martín de Tours, se celebra el 11 de noviembre y San Roque hacia mediados de agosto. Existen otras más vinculadas con el juego autóctono como la tanga, la calva y la rana, que se han intentado recuperar. “Merece la pena verlo” reconoce el alcalde.
“A nivel de comunicación, existen cosas que deberían interesar más y sin embargo interesan menos que otras”. Por ello, Valentín Cisneros cree que los medios de comunicación dejan bastante que desear, sobre todo a los pueblos más pequeños. “Gusta más el morbo que lo que es importante” lamentaba el alcalde.
Hay que tener siempre la ambición de mantener e ir más allá de lo que tenemos. “En los pueblos siempre hay cosas que hacer”. De cara al futuro, al margen del ya mencionado consultorio médico, le gustaría rematar el resto del pueblo al estilo de la Plaza Mayor. Mejorar la iluminación con intención de optimizar recursos, debido a que la situación lo requiere. “Y sobre todo que el pueblo avance, y que no nos quedemos aquí” explicaba el alcalde.
A pesar de que lleve más de 20 años de alcalde, la ilusión sigue intacta. Lo importante es que los vecinos se sientan satisfechos. Sin importar ni el color político ni lo que piense cada uno. Yo lo hago por todos, y con esa intención llevo tanto tiempo aquí. De esta forma concluía Valentín Cisneros, quien afirmaba que si los pueblos desaparecen, desaparecería el medio natural.